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Campo de relámpagos celebra su 5to aniversario con la pieza Lightning de Paul y Marlene Kos

Campo de relámpagos

Lightning de Paul y Marlene Kos

En 1976 el artista Paul Kos (1942) realizó Lightning, una pieza de video blanco y negro en formato de 1/2 pulgada, con una duración de un minuto y 23 segundos. Este y otros trabajos colocan a Kos junto a Bruce Nauman, Nam June Paik y otros artistas como pioneros en el uso del video como herramienta de expresión artística dentro de sus cuerpos de trabajo.

En este video breve y potente Paul Kos captura a su esposa Marlene dentro del automóvil, en el que suponemos ambos están realizando un viaje por alguna de las innumerables autovías que atraviesan la geografía norteamericana.

Dentro del auto está Marlene Kos en el asiento del copiloto, y suponemos que Paul con la cámara se ubica en el asiento de atrás. Al fondo se desata una tormenta eléctrica. Cuando Marlene gira la cabeza para observar la caída del relámpago este no se produce, cuando vuelve a girar hacia la cámara y la tormenta queda a su espalda, nosotros, los espectadores, a través del ojo de la cámara, si que somos capaces de ver el estallido.

La pieza es de una sencillez y de una eficacia absoluta y poco habitual. Mientras que el mensaje del que es portadora es profundo, muchas veces difícil de alcanzar y rozar tanto para el artista-productor como para el espectador de la misma.

Lightning nos revela que el arte (si existe) sucede precisamente en un espacio y en un tiempo a los que no tenemos acceso. Podemos “saber” que se produce, pero no es posible aprehenderlo o lo que es lo mismo, no es posible acceder de manera directa a su “experiencia”. La única manera de acceder a ese instante es por una vía tangencial, a través de lo que “otro” nos regresa, en este caso la cámara:

“Cuando miro hacia el relámpago, él nunca estalla, cuando miro hacia otro lado, lo hace”, dice Marlene Kos.

En la repetición de este enunciado y del gesto que busca capturar el relámpago, el espectador comprueba y verifica su verdad.

Resulta fascinante la reflexión implícita acerca de la mirada y sobre todo acerca de la ontología del arte, así como la forma que adopta una suerte de roadmovie minimal y conceptual.

Más allá de que imagine a Paul y a Marlene Kos en el camino hacia el encuentro con el admirado Walter de Maria, agradezco el descubrimiento de este trabajo a la artista australiana Narelle Jubelin. Entiendo por qué a ella le fascina y entiendo también por qué ha querido compartirla conmigo, además de la evidente relación de la pieza con el espacio en el que cada domingo nos encontramos. Espero que vosotros, los lectores, a su vez, comprendan por qué he decidido compartirla hoy que celebramos cinco años de recorrido por nuestro propio campo de relámpagos.

Texto: María Virginia Jaua