Eduardo Gruber. "En la sala de espera. La memoria de lo efímero".

“En la sala de espera.  La memoria de lo efímero”, es una instalación creada por Eduardo Gruber en el gran espacio diáfano de la Fundación CASYC. Gruber vuelve a exponer en Santander después de su última presencia, “Purgatorio”, en el Palacete del Embarcadero en colaboración con la UIMP en 2017, y de la más reciente en el Museo MARCO de Vigo. En esta ocasión, como el propio artista significa en el amplio texto que se reproduce en una de las paredes de la sala, la instalación es una invitación a frenar el “tiempo cotidiano”, y nos habla de la felicidad a la que llegamos cuando perdemos la noción del tiempo, cuando desaparece la ansiedad temporal que nos acompaña, recordándonos unas palabras de Paul Klee en su confesión creadora: “Para la comprensión de un cuadro es menester una silla, ¿Para qué la silla? Para que el cansancio no perturbe el espíritu”.  Gruber propone así que el protagonista de la instalación será el contemplador, animándole a no sentir lo efímero como brevedad y a pensar en lo fascinante en que se convertiría ese sentimiento si fuera eterno. La instalación se estructura alrededor de tres obras de gran formato: “It´s not a circus”, una pintura de 300x500 cm, “Héroes”, una escultura-dibujo de 300x300x300 cm y  “YA (reloj)”, un grafito de 300x300 cm, y  junto a ellas una serie de vitrinas en las que lo efímero se hace presente en una suerte de juego visual en el que la irreparable huida del tiempo se hace indescifrable para nuestros ojos en “Pirámide (manzanas)” o puede ser evidente  en “Gestación” (cerámica, bombillas y placa programada). Sabemos, nos dice en el texto, que “ante el observador, la obra se puede presentar dispuesta a dialogar o a callar, pero también el contemplador puede ser un sujeto activo o pasivo”, y termina indicándonos que “todo se reduce a cómo se combinen esas cuatro posibilidades. Y sabemos que solo una posibilita la eternidad de lo efímero”.