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Entrevistas de la Galería Lucía Mendoza a sus artistas: Mercedes Lara

Galería Lucía Mendoza

La obra de Mercedes Lara constituye una respuesta a las propias inquietudes de la artista y es a la vez metáfora de una preocupación colectiva: nuestra forma de ocupar el espacio y el tiempo, de habitar procesos marcados por el cambio continuo, el ritmo ajustado, el movimiento constante.  La luz, el color, las formas o el mestizaje de elementos y materiales configuran así un estilo personal y reconocible que se enfrenta desde lo artesanal y multidisciplinar a una visión personal sobre el paso del tiempo y la expansión en el espacio.


- ¿Qué significa para ti la creación artística?

Para mí es una forma de expresión, es la manera de comunicar lo que no sé explicar con palabras. Va más allá de una explicación intelectual o conceptual, es algo que mueve el corazón. Creo que lo que se expresa con las artes plásticas, en realidad no necesitaría ser explicado con literatura, porque es otro tipo de lenguaje. Ese afán que tenemos de intelectualizarlo todo, a veces nos impide descifrar otros lenguajes quizá más emocionales. Aunque entiendo que a veces tenemos que dar las pautas de lo que nos ha movido a hacer determinadas piezas y así abrimos campos para que los demás sepan qué nos ha llevado hasta ahí.
 
- ¿Recuerdas el primer contacto que tuviste con el mundo del arte contemporáneo?

Mi madre tenía un coleccionable de arte contemporáneo, que luego mandaba encuadernar, de hace 35 o 40 años y a mi me fascinaba Picasso, me parecía absolutamente disparatado y me encantaba la “fealdad” de alguno de sus personajes. Era como permitirse licencias que no podía imaginarme sin él. Luego, años más tarde, en el 1989 en Nueva York, recuerdo ver un cuadro de Matisse en el MoMA y haberme quedado absolutamente extasiada, no sabía que me gustara tanto este artista y después lo descubrí.
 
- ¿Tienes algún artista de referencia?

Tengo muchos artistas de referencia que además han ido variando, aunque siempre está Louise Bourgeois, me parece una magnífica artista plástica, realmente creo que es la artista que más me mueve el corazón, además de que lo que hace está literalmente lleno de vivencias, de verdad, de belleza plástica. Me parece que es la artista que mejor trasmite. Todo me parece humano y sencillo y sin embargo me lleva a una sofisticación tremenda. Me parece que todo ha pasado por su mano, que todo lo ha llenado de esa sonrisa pícara.

Me encanta Olafur Elliason, es un estudio donde donde científicos, arquitectos, ingenieros y artistas investigan continuamente, con un magnífico resultado.

Me gusta mucho y me transmite también muchísimo Doris Salcedo, me conecta con una compasión tremenda, la admiro mucho.

Tomás Sarraceno, me toca el corazón también, además de que su estética me encanta. Chiharu Shiota, me lleva con poquísimos elementos a un lugar muy profundo . Edmund de Waal me lleva a un mundo absolutamente bello y sensible, Not Vital también me parece exquisito con sus materiales e impecable con sus acabados y sus dibujos son tan frescos.
Me dejo muchísimos artistas que realmente hacen que piense que el arte es realmente importante en nuestras vidas.

- ¿Recuerdas alguna obra de arte que sea especial para ti?

Una pieza de James Turrell en la Fundación Montenmedio en Cádiz, una pieza hecha con luz natural, Second wind de 2005.

- ¿En qué museo del mundo te perderías?

En Chichu Art Museum en Naoshima (Japón), en el MoMA de Nueva York, en la Fundación Beyeler (Basilea, Suiza), en el Reina Sofía, en el Prado o en la Tate de Londres.

- ¿Qué época artística visitarías sin dudarlo?

El siglo XVII. Me encantaría colarme en el estudio de Velázquez o en el de Vermeer. 
Aunque me apasiona la época en la que vivimos... 

- ¿Hay algún plan artístico que tengas pendiente?

Visitar la exposición de Olafur Eliasson en el Gugghenheim de Bilbao.
También tengo pendiente visitar la Fundación Sorigué en Lleida y la colección de las Bodegas Otazu.

- ¿Alguna crítica  o comentario sobre tu obra que te haya hecho especial ilusión?

El día en el que sentí que mi padre no entendía pero respetaba mi trabajo.

- ¿Qué harías si no te dedicaras a la creación artística?

Posiblemente cambiaría el estudio por los fogones, me encanta mezclar sabores o hacer platos nuevos, me recuerda un poco al trabajo en el estudio, aunque no tengo ni idea de cocina.

- ¿Hay algún libro o película de los que no te cansas nunca?

Me encanta la película El cielo sobre Berlín (Win Wenders, 1987), y Los amantes del círculo polar (Julio Medem, 1998). Este año me ha gustado mucho Parásitos (Bong Joon-ho, 2019). Como lectura, me encanta La liebre con ojos de Ámbar de Edmund de Waal.

- ¿Tienes algún objeto talismán en tu casa/estudio?

A veces me pongo una pulsera que me parece que me conecta con mi suerte.
 
- ¿Hay alguna frase a la que recurras a menudo para motivarte?

“Cuando llegue la inspiración, que me encuentre trabajando” de Picasso. O... “Abre los ojos un par de cuartas” de Jesús Lara.

- Por último, ¿nos darías un consejo para los que inician su camino en el mundo del coleccionismo?

Creo que hay que ver mucho, que las galerías no solo están para vender, sino también para mostrar, y es un buen sitio donde ver arte. Las galerías suelen conocer muy bien su espacio y a sus artistas, hacen muestras específicas para ellos, donde todo está bien estudiado e iluminado. Hay que ir a los museos donde las muestras están comisariadas y también bien cuidadas. Es donde realmente se puede aprender.

Las ferias también son espacios donde ver arte, de un plumazo tienes un vistazo general de las propuestas de los artistas en tiempo real, pero en algunas hay tal número de obras de arte que a veces es difícil asimilar lo que se está viendo.

Les diría que vean, vean mucho y que según vayan comprando y construyan su colección irán aprendiendo y evolucionando en gustos, pero que eso está muy bien, tener distintas etapas en una colección es muy interesante.