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Javier Balda comisaría: CYCLOS, una exposición colectiva en la Ciudadela de Pamplona

CYCLOS

Polvorín de la Ciudadela de Pamplona, 21 de junio – 29 de julio 2012

Inicio de la 67 edición Vuelta Ciclista a España 2012

Organiza: Ayuntamiento de Pamplona. Área de cultura

Comisario: Javier Balda

Producción: Moisés Pérez de Albéniz – Javier Balda

El ciclismo de alta competición es sin duda, tradicionalmente, uno de los deportes más valorados y seguidos en cuanto a su capacidad de transmitir la emoción y el riesgo del esfuerzo individual y colectivo en la pugna por el triunfo contra el tiempo, contra los elementos y en la superación de los límites físicos con una tecnología depurada pero sobre una herramienta, la bicicleta, de aparente sencillez.

Si existe un vehículo que cambió el sentido del desplazamiento individual en la modernidad, este ha sido la bicicleta que desde 1817 y con su evolución técnica ha posibilitado la autonomía del trayecto, la competición deportiva desde muy temprano y, desde la posmodernidad, la combinación de prácticas saludables y ecológicas.

La bicicleta es un objeto indisociable de la vida moderna, ligera, útil, practicable, se ha visto reflejada en el arte como un atributo indispensable de la autonomía personal, del trabajo, del esfuerzo competitivo en el deporte, del dinamismo y del disfrute del ocio. El ciclista a su vez, ciudadano o deportivo, representa al hombre moderno con capacidad de desplazamiento con una mínima y sencilla, aunque sofisticada, maquinaria, con la que se traslada o compite, pasea, se relaciona o trabaja. En la bicicleta y en sus elementos se fijaron los modernistas, los futuristas, los surrealistas, los dadá, los constructivistas, el cine y el arte pop, estableciendo en su solitaria mecánica un icono de individualidad y libertad.

La exposición CYCLOS celebra el inicio de la 67 edición de la Vuelta Ciclista a España desde Pamplona como un acontecimiento ciudadano internacional, con la instalación de tres obras que reflejan e interpretan la actualidad, para el arte, del ciclismo deportivo y del objeto -ya simbólico- de la bicicleta. 1 -La artista Heike Baranowsky (Augsburg, 1966) explora el espacio a través del cambio de perspectivas y a través de la manipulación del ritmo narrativo con procedimientos digitales. En sus obras crea situaciones que están en la frontera de la experiencia, lo imaginado y el recuerdo. La triple proyección de vídeo Radfahrer (Hase und Igel) El Ciclista (la liebre y el erizo) es la secuencia de un ciclista por una pista de carreras. Debido a la variación de la velocidad dentro de cada proyección parece como si varios ciclistas estén superando al anterior, o retrocediendo alternativamente. Este movimiento hacia adelante y atrás juega con las expectativas del espectador en relación con el espacio y el tiempo: en el instante en que los ciclistas casi se superponen, el espectador contempla el momento de los adelantamientos, aunque nunca ocurriera en la realidad. La artista recrea la fantasía del cuento de los hermanos Grimm transponiéndolo al esfuerzo del ciclismo de pista. 2 -La obra de Vicente y Fernando Roscubas (Palma de Mallorca, 1953) “Voy a ser feliz” se desarrolla como una instalación de 170 manillares de bicicletas recubiertos de madejas de lana de distintos colores. A modo de crisálida, es una metáfora en donde naturaleza y estética se aúnan en un afán por lograr el premio de la supervivencia. Sin ser un homenaje a ninguna figura concreta o destacada del ciclismo, es más bien el recuerdo a ese anonimato del que se nutre la serpiente multicolor, en términos ciclistas, que les motiva para concebir una obra extendida, trabada y alegórica del esfuerzo colectivo y del rumor mecánico y físico de los atletas en plena carrera. 3 -Iñaki Garmendia (Ordizia, 1972) por su parte muestra S.T. Orbea (Orduña) una obra compuesta por las fotografías parciales y el vídeo de una bicicleta verde de la emblemática marca Orbea, el clásico modelo “Orduña”. La videocámara recorre las partes y el todo, entre la repetición y la diferencia, entre la abstracción de las piezas y el ensamblaje total como maquinaria, con un carácter no narrativo que enfatiza lo autorreferente de su propia objetualidad. La secuencia hiperrealista describe un objeto de varios significados: la bicicleta con resonancias toponímicas, el mito deportivo y la referencia al proceso industrial fuertemente implantado en la zona de producción.