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Juan Carlos Robles en AJG Contemporary Art Gallery: Micropolítica de amor

LEONE, 2010. Fotografía color,marco de madera, 180 x 125 cm. ed.1 de 4

Del 10 de Octubre hasta el 22 de Noviembre de 2013.

MICROPLÍTICA DE AMOR

La identidad es un estado en proceso y compartido, es decir, formulado y establecido en función a una relación bilateral o de pares ?del yo con el Otro o del nosotros con los demás? y, por tanto, también es relativo (por ejemplo, no hay opresor sin oprimido y viceversa, al igual que el oprimido también puede ser opresor). Esto es, la figura del Otro es indispensable para la formulación, y, por tanto, para la consecución, construcción o toma de conciencia de la identidad de uno mismo. Este particular, tan presente en la obra de Juan Carlos Robles hasta configurarse en un asunto insustituible, motor de su trabajo incluso, en Micropolítica de amor parece hacerse fuerte en el escenario de las

relaciones sentimentales o de pareja: en el contexto del amor y del deseo como espacio de encuentro y desencuentro con el Otro; como espacio de imposición, claudicación, resistencia o comunión; o como ámbito de esperanza y frustración, tanto como plétora y decepción.

Resulta imposible no identificarse con muchas de las imágenes, o, mejor dicho, con el fondo de las mismas. Son imágenes que condensan estados consustanciales al amor y al deseo. Pero en ningún caso deben entenderse como un relato o una fabulación, aunque en el conjunto puede latir cierta sensación de palimpsesto. Esto es, no como trama-nudo-desenlace, eso supondría la consecución de un final, de un mensaje inequívoco y unívoco, resultado del que pretende escapar sistemáticamente Robles ?siempre ha ansiado tensar o poner en conflicto el sentido de la propia pieza, de su

construcción y de la consecuente capacidad para generar sentido o significado?, sino como una suerte de retablo o mosaico de situaciones, estados y puede que materializaciones del amor. En definitiva, una micropolítica, aunque también una suma de microhistorias que no han de tener necesariamente relación causa-efecto. Así, las obras que componen esta exposición (vídeo, fotografía, objetos y escultura) pueden adquirir una condición de metáfora o símbolo: el hacer público y manifestar el amor que-se-hace-palabra y que aspira a eternizarse en el lenguaje y en los graffitis que se superponen a la propia Historia representada por un monumento (la Historia que se escribe con historias o con la intrahistoria); el deseo de posesión o simplemente el deseo del Otro contenido y reducido a su esencia; la unión en un proyecto de vida, en una sola carne, cuestión que hace aflorar la idea del ser discontinuo y continuo, asunto central de una obra tan capital como El erotismo de Georges Bataille; la confrontación, el conflicto y la negociación, simbolizados en el duelo de aros que actúan como metáfora de la imposición/domesticación; los vaivenes emocionales, el

naufragio, el final ?puede que el fracaso? y tal vez la soledad y la decrepitud que arrojan un vídeo como African y un díptico como Amor lagartijo. Estados que conllevan sentimientos aparejados y que el artista procura escenificar o simbolizar para que el espectador tenga la capacidad de proyectarse en ellos reelaborándolos y no reciba, en ningún caso, un interesado testimonio en tercera persona.

Junto al de la identidad y la distancia que nos separa, o nos une, del Otro, en Micropolítica de amor, Robles sigue reformulando otros asuntos medulares de su trabajo, como el de la animalidad, estado del que huir a través de la autonegación para, así, reafirmar la humanidad al borrar cualquier rasgo animal de nuestra conducta, aunque esto haya acarreado un malestar y la paradójica idealización de la esencia perdida en este proceso. Del mismo modo, algunas de las obras ahora expuestas citan y reformulan otras recientes, que lejos de hallarse clausuradas adquieren en este contexto una nueva oportunidad, como es el caso de Duelo. Algo parecido ocurre con su característico lenguaje, tendente, por otro lado, a su propia negación o auto-cuestionamiento. A saber, Robles persiste en la dialéctica del negativo y del positivo, así como en los basculantes planos subjetivos que hacen que el espectador, basculando igualmente, pueda sentirse objeto y sujeto, situarse en los extremos de las relaciones facilitando por momentos sentirse yo y Otro. Ésa es otra micropolítica, artística en este caso.

Juan Francisco Rueda

AJG Contemporary Art Gallery

Pasaje Francisco Molina 17 41003, Sevilla.