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Juana de Aizpuru. Pierre Gonnord en la Galería Juana de Aizpuru: Territoires

Hasta finales de julio de 2012.

Hablar del retrato en la fotografía contemporánea implica, entre otros, la mención especial de Pierre Gonnord. Detrás de cada una de sus personas y personajes subyace un alma, una historia, un lugar; territorios explorables a través de la psicología y de la práctica artística.

“Territoires”, en la Galería Juana de Aizpuru y dentro del Festival PhotoEspaña, nos habla en parte de esta esencia, y es resultado de la itinerancia de Pierre Gonnord, desde finales de 2010 hasta comienzos de este año, en tres territorios diferentes: Venecia, Portugal y Alabama. En ella se asoman algunos de los rasgos más esenciales de la obra de este insigne fotógrafo, como la diferencia social, racial o la inmigración, incidiendo en este caso más tanto en la universalidad y atemporalidad de esta temática, como en dos leitmotiv fundamentales: la belleza y la introspección psicológica en el ser humano.

Invitado por la Fundación Venice in Peril para el proyecto fotográfico Real Venice comisariado por Elena Ochoa, en Venecia Gonnord se adentró en dos zonas. Por una parte, las afueras de la Ribera del Mestre, fuera del circuito más turístico, en la que encontramos a personajes como Nicola, y por otra, el gueto judío de Cannaregio, en el centro, del que proceden algunos protagonistas de esta muestra como Charlotte, niña australiana de raza hebrea, Attia, o Friedrich, longevo arquitecto judío. Reaparece aquí su tema del grupo social, del colectivo, en este caso para mostrar otros rostros, reales, de una de las ciudades más bellas del mundo, que sigue hundiéndose.

En Portugal, otra de estas estancias, el artista visitó escuelas de Lisboa, en las que apresó rostros jóvenes representativos en esta colección como Iris o Sandro, y comunidades de pescadores, como la de Fonte da Telha o la de Nazaré, en la que entró en el alma de personalidades impetuosas como la de Julia, vendedora de pescado, con aire de alto linaje y de orgullo, que se nos antoja recién salida de una novela.

El viaje, tema singular y perenne, llevó a Gonnord por invitación de la Georgia State University, a fotografiar grupos sociales del Estado de Alabama; un viaje no fácil que no ha hecho sino abrir un nuevo ciclo para el artista. Territorio frecuentemente hostil, en el que tanto pesan las tradiciones a nivel histórico, cultural o artístico (también en la propia tradición de la fotografía: Dorothea Lange, Walker Evans…), y en el que se agudizan las diferencias raciales y sociales. Es aquí donde se hace más latente la preocupación social casi nunca abandonada por este fotógrafo. Miss Douglas es uno de los mejores ejemplos de la exclusión de la raza negra. Rostro imponente de este repertorio, fue compañera en la lucha por los derechos civiles de Martin Luther King, hace casi 50 años. Nos lleva inevitablemente al lugar de origen, al territorio.

Del territorio interior, el alma, al territorio exterior. En su serie anterior, “Terre de Personne” (2009), la naturaleza abrupta se pronunció como nuevo género en la producción de Gonnord, porque como dice el propio artista, “cuando nos interesa la persona, llegamos al lugar”. Esa misma naturaleza, a veces infranqueable, asoma en este caso en los “swamps”, marismas pantanosas presentes en algunos de los estados del sur de los EEUU en los que brota la hostilidad del territorio.

Desde que en 1999 comenzara su despegue como fotógrafo, el retrato de Pierre Gonnord (Cholet, 1963) ha sido considerado una trasposición en la fotografía, de las más altas cotas del tan perpetuado género a lo largo de la Historia de la Pintura como lo es el retrato. Tanto por su técnica como por el especial tratamiento del modelo, composición de su obra, su fondo tenue como telón de fondo, por su mirada, o por la introspección psicológica del retratado, resulta abarcable su asociación con grandes maestros del retrato barroco, como Velázquez o Ribera, o del siglo XIX, como Géricault, a quien nos remite su serie extraída de hospitales y manicomios. Más aún, en cambio, como reconoce el mismo Gonnord, a referentes anteriores de la fotografía, como Nadar o Berenice Abbott. En ocasiones, es también en la literatura en la que encontramos parte de la génesis de su obra. En el caso de “Territoires”, la literatura de Faulkner nos dirige a la condición negra del sur de los EE.UU; a toda una complejidad detrás de cada uno de sus personajes, ligados a su territorio, pero excluidos también del mismo.

De la construcción de un relato a la construcción de un retrato. De la persona al personaje. Al igual que en la creación literaria, las personas que Pierre inmortaliza se nos muestran aparentemente más como personajes, en parte por su singularidad y por el modo en que quedan caracterizados. La destreza de este fotógrafo, extrayendo la esencia de cada retratado, nos lleva a un indescifrable y extraordinario equilibrio entre uno y otro; persona y personaje. Pero más allá, tras la mirada de cada uno de estos personajes, hechos arte, hay una persona; cada una con su nombre, su belleza, su memoria y su territorio, interior y exterior. Todas ellas, en común, con su condición humana, uno de los aspectos universales en los que Gonnord, en esta última muestra, incide, en un paso más, con su sello más esencial.

José Luis Calderón Aguirrezabala

Galeria Juana de Aizpuru.

Barquillo 44, 28004 madrid. España.

T: 34-913105561