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Manuela Sevilla comisaría "Cuerpo, paisaje, Universo" de Amelia Moreno

Inauguración 25 oct 18h

Museo de Santa Cruz . C/ Miguel de Cervantes, 3. Toledo.

Amelia Moreno

Del 25 de octubre al 7 de enero.

 

Si el universo contiene todo lo que existe y la mayor parte del mismo está vacío, Amelia como cualquier científico, intentó acercarse a él en pequeños fragmentos, arrancándolos de la luz y de las sombras para mostrarlos y hacerlos visibles.

Esta exposición pretende reunir las obras más representativas de sus investigaciones artísticas.

Obras abstractas que veremos cómo han ido conformándose desde su propio interior y cuerpo minúsculo hasta proyectarse en paisajes habitados por luces y sombras con los que consigue mimetizarse para al final disfrutar plenamente de ese hueco de vacío que supo rellenar de fragmentos flotantes suspendidos y que visualmente nos atraen e incitan a intuir el movimiento de gravedad.

Para entender un poco los intereses estéticos que mueven la obra de Amelia tenemos que señalar que ella siempre mostró un interés por el cuerpo de la mujer como parte inseparable del paisaje con su gesto  de pincel, configurando así su propia escritura como un referente más del universo.  No quiso nunca trabajar desde los conceptos intentando  hacerlo siempre desde la expresión guiada por su sensibilidad y conocimiento interior. Y es que como mujer de finales de los 70 inconscientemente está percibiendo ese reivindicar del cuerpo liberado de estereotipos; y será así adentrándose en su propia desnudez con la serie filamentos, cuando consiga descifrar gran parte de su propio universo pictórico.

El cuerpo de la mujer es parte inseparable del paisaje y sus escrituras referentes en el universo.

En esta exposición denominada Cuerpo, Paisaje, Universo que se presenta ahora en el Museo de Santa Cruz de Toledo, tendremos la ocasión de sumergirnos en su trabajo a través de sus fragmentos caligráficos. Amelia vivió sus iluminaciones desde la oscuridad.

Amelia decía: “Mi pintura se satisface en lo que no se entiende porque en lo que ya entiendes no hay aventura ninguna”.

Y es que su disfrute era entrar en lo desconocido, decodificando lenguajes para encontrar nuevas corrientes de comunicación que ayuden a leer e interpretar todo lo que nos sabemos desde nuevas forma de acercamiento. Tenía claro que una  pintora no es la que pinta, sino la  que es capaz de vivir la pintura a través de sus propios estados de conciencia con gran fidelidad intelectual  y disciplina interior.

La pintura es también un camino poético en el deambular de la ciencia y como tal nos aporta conocimiento; en este caso reflejos de tensión contenida y manchas ordenadas por el sentimiento abierto a la luz del misterio emocional, provocando movimiento en la mirada del espectador respecto de sus series jugando con la ilusión de espacio y profundidad, de hueco que absorbe y obliga a moverte. Tensiones visuales, corpóreas ordenadas como melodías. Modulaciones de cuerpos en el espacio y paisajes del mundo.