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Marta Barrenechea en Siboney

Galería Siboney

Este sábado día 20 de marzo, entre las 18,00 y las 21,00, nos acompañará la artista en la galería.

Hay una frase de Louise Bourgeois que nunca consigo recordar de manera literal, buceo en la web, en libros y no soy capaz de encontrarla, quizás porque la recuerde distorsionada. Lo cierto es que la esencia de lo que nos decía Bourgeois era que había algo sanador en el acto de coser; porque, coser cerraba las heridas. Marta Barrenechea es, quizás, una de las artistas más intimistas del panorama actual.

Los paisajes emocionales a los que nos hace enfrentarnos, siempre con cosidos, bordados o miniaturas, nos trasladan sin duda a lugares recónditos de nuestro propio emocionario personal. Calificada en ocasiones como una artista outsider, Barrenechea goza de esa extrema lucidez y sinceridad que le aporta esa delgada línea, la que delimita los dos extremos entre locura y razón, verdad y ensoñación; y que le otorga la absoluta libertad de poder verter sobre el dibujo espacios de intimidad, totalmente personales. Espacios que cualquier individuo mantiene ocultos, pero que ella puede desvelarnos a todos, sin filtros.

Lo curioso de Barrenechea es que una vez se enfrenta a esa verdad, visita y transita por ella con la certeza de que abrir ese camino, solo puede ser para ser recorrido de principio a fin. Con esa sinceridad consigo misma, y viendo ese mapa, detecta la herida emocional que ha plasmado en la pieza, quizás de manera inconsciente, lúcida, en otro plano o en otro estado de consciencia, y ya no queda más opción que curarla. Ella, con la calidez y claridad femenina, cose donde la detecta, creando así un nuevo plano sobre el plano de origen, un nuevo mapa, sanador y concienzudo porque, si el mapa es creado casi de manera automática, la costura necesita de concentración, claridad, visión…

Si tomamos esta reflexión de Bourgeois, de manera literal, o filtrada por mi memoria, y si entendemos que no siempre somos capaces de enfrentarnos a nuestra propia herida, no nos debería extrañar que Marta tenga un sastre cuando la herida es profunda, y por qué no, que su sastre sea rico.

Noemí Méndez

Santander, marzo 2021