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Ricardo Recuero comisaría "Hacen el amor en nombre del diablo" de Victor Solana en Swinton Gallery

Ricardo Recuero

Del 13 de septiembre al 26 de octubre en el marco del Festival Hybrid

Bastón de los exiliados, luz de los inventores, Confesor de los ahorcados y de los conspiradores,

Oh Satán, ten piedad de mi larga miseria!

Charles Baudelaire

En un singular proceso de diabolización de los dioses antiguos, el secular culto a la naturaleza ha quedado a servicio de Satanás y los sacerdocios paganos vernáculos transfigurados en brujería. Para las estructuras de poder, religión y política son dos caras de una misma moneda, complementarias y retroalimentadas la una por la otra para doblegar, controlar y someter a la población. El miedo, su estrategia más perfeccionada y perversa. Ante una población masivamente iletrada, Satanás se erige como su mas fiel agente y aliado convertido en la herramienta perfecta para el ejercicio de la opresión.

Irreductibles, las fuerzas que encarna el diablo han permanecido latentes en las sociedades contemporáneas transformadas y actualizadas en celebraciones populares  que los nuevos ordenes políticos se han esforzado en erradicar. La expresión emancipada de las fuerzas de la naturaleza hacen al ser humano libre, autoconsciente y no domesticable. La eterna dialéctica del caos frente al orden.

Solana consigue componer una apología de la sensualidad, del triunfo de la imaginación sobre la espiritualidad ascética y abstracta del cristianismo. Visionariamente logra definir la moral moderna en base a la represión, el triunfo de la apariencia y la domesticación de las conciencias. Plantea preguntas y coloca al espectador en la mas incómoda de las posiciones: la del auto-cuestionamiento.

Abrazar al demonio se  alzará como la mas alta expresión de libertad, apología de lo excepcional, del triunfo de la individualidad frente a la masa dirigida. Ese mismo espíritu guía a Solana, que ha optado siempre por lo personal, al margen de modas y discursos imperantes, para trazar su propia senda, su particular modo narrar historias que, sustentadas por un torbellino de referencias cruzadas, cuestionan firmemente los esquemas normativos y los poderes que los sustentan.

Plásticamente, ha dejado atrás un estilo reconocible, ha abandonado la comodidad de lo seguro para avanzar. Hay pasado, presente y futuro en estas piezas que no reniegan de su origen, mas bien lo celebran, pero en el que las formas, en un desarrollo vivo, orgánico, han evolucionado.

Asistimos a una manifestación rotunda de la Gran Pintura en la que resuena el eco de los grandes maestros de la escuela española, asimilados y comprendidos por Solana quien aporta soluciones plásticas y estrategias de representación sorprendentes, influenciadas por otras narrativas neomediáticas y amparadas en una intensa introspección sobre los efectos de la cultura visual colectiva contemporánea.

Hacer el amor en nombre del diablo, supone un cuestionamiento profundo del principio de autoridad, se erige como un acto supremo de rebeldía y libertad. Asume la transgresión, tanto en lo plástico, como en lo social y lo espiritual, como un exacto dispositivo de avance y progreso. Parte de la toma de consciencia de uno mismo, de saberse diferente, de la capacidad de actuar en base a la reflexión personal, a entender el instinto como la única vía válida para escapar de las ataduras de lo impuesto, de lo racional.

 

Ricardo Recuero