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Sabrina Amrani presenta "A Rhythm For Falling", la primera exposición individual de Alexandra Karakashian en España

Sabrina Amrani

Del 17 de abril al 27 de julio

Inauguración: 17 de abril de 19:00 a 22:00 

Sabrina Amrani presenta A rhythm for falling, la primera exposición individual de Alexandra Karakashian en España.

Desde 2009, el trabajo de Alexandra Karakashian se ha basado en una técnica casi escénica que consiste en disponer de las pinturas de aceite de automóvil usado y sal verticalmente de forma independiente en un lienzo aislado o emergiendo de cubas de aceite. La belleza sobrecogedora de sus pinturas surge del esparcimiento fortuito del aceite sobre el lienzo. Se crea una atmósfera de anticipación y solemnidad por el uso del negro sobre un fondo blanco. El blanco y el negro se funden desafiando la gravedad a través de un movimiento capilar, y la sal actúa con dificultad ante el rápido avance del aceite. El olor del aceite se percibe en sus instalaciones y ocupa el espacio.

Hay algo fundamental en las pinturas de Karakashian, como un gesto depurado que emerge de una gestualidad de cuerpo entero de la artista. Con un pasado ligado a la danza, esa gestualidad emerge de forma natural y acaba por trascender la idea de figuración que sus pinturas niegan, las medidas de las manchas de pintura son, por lo general, las medidas de su cuerpo. Y tal como los materiales que la artista emplea, su historia personal está repleta de riqueza y desaire. Su trabajo crea metáforas para sentimientos íntimos de constricción, pero también para la anticipación de quedarnos colectivamente sin casa (eco: oikos).

El trabajo de Alexandra Karakashian, tanto de cerca como de lejos, transmite un conjunto de sensaciones refinadas simultáneamente, poderosas y sutiles. La percepción inicial es de que su materialidad y técnica convergen en obras pictóricas de una gran depuración estética que emergen de una revisión del expresionismo abstracto estadounidense. Sin embargo, los materiales empleados por la artista -el aceite de motor usado y la sal- tienen un significado que va más allá de la simple contradicción entre materiales pobres-materiales nobles tan frecuente en la historia de la pintura. Su valor es simbólico y está profundamente arraigado en los problemas actuales entre Norte y Sur, tales como el colapso ecológico, la comoditización o elementos esenciales para la vida. Ambos materiales han sido motivo de conflictos a lo largo de la historia.

La pintura es una herramienta que tiene la capacidad de nutrir una relación intuitiva entre el espectador/a y la obra. Aquí, esa capacidad es especialmente evidente. Las obras de Karakashian son un viaje exploratorio a conceptos de reminiscencia, exilio y éxodo.

En 1915, el abuelo de la artista, que aún era un bebé, tuvo que huir con su familia del genocidio armenio y migrar. La familia se reubicó en Rumanía en un primer momento y más tarde se dirigieron hacia el Sur, pasando primero por Egipto, para finalmente asentarse en Johannesburgo, Sudáfrica.

La vivencia de su familia surge como una nota obligatoria en su biografía que explica hasta qué punto lo personal es político. La noción referida por Homi K. Bhabha de unhomed nos permite entender este concepto como la sensación de desplazamiento compulsivo de raíz histórica. De esa historia personal surge el empeño por examinar las intersecciones entre ecología, trascendencia, comoditización y exilio.