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Se inaugura "Escuchando el susurro de las mujeres" en la Galería Blanca Berlín

Galería Blanca Berlín

Del 5 de marzo al 18 de abril 2020

Inauguración: 7 de marzo a las 12:00

Jennifer B. Thoresson. Communion, 2012. Cortesía Galería Blanca Berlín. 

La llegada del nuevo siglo ha traído consigo una toma gradual de protagonismo femenino en el panorama fotográfico mundial. Y nuestro país no ha sido una excepción: se podría decir que la mejor fotografía española contemporánea es, en gran medida, fruto del trabajo de mujeres. En reconocimiento de este hecho, la galería Blanca Berlín ha querido reunir a un grupo de creadoras de distintas nacionalidades, eligiendo como contexto su aportación fotográfica, enriquecida en algunos casos con la instalación y el dibujo.

Porque hay una historia que no está en la historia y que sólo se puede rescatar escuchando el susurro de las mujeres.                                                                                                                                            

                                                                                                                                      Rosa Montero

Desde sus inicios, las mujeres han formado parte activa de la historia de la fotografía, bien como creadoras artísticas o ejerciendo distintos roles en su materialización. Sin embargo, hasta muy recientemente, y salvo contadas excepciones, su aportación no sólo ha sido objeto del desaire más rotundo por parte de la sociedad patriarcal, sino que incluso ha sido premeditadamente ocultada, escondiendo su autoría tras pseudónimos masculinos, o atribuyéndola a fotógrafos varones que usurparon su identidad artística. Primero los años veinte y  treinta del pasado siglo, y más tarde, la década de los setenta, comenzó a presenciar en Europa y Norteamérica un resurgimiento de la creatividad femenina en la fotografía y su visualización implantó los cimientos de un paulatino desmantelamiento de la jerarquía cultural y patriarcal en el ámbito del arte y la fotografía.

La llegada del nuevo siglo ha traído consigo una toma gradual de protagonismo femenino en el panorama fotográfico mundial. Y nuestro país no ha sido una excepción: se podría decir que la mejor fotografía española contemporánea es, en gran medida, fruto del trabajo de mujeres. En reconocimiento de este hecho, la galería Blanca Berlín ha querido reunir a un grupo de creadoras de distintas nacionalidades, eligiendo como contexto su aportación fotográfica, enriquecida en algunos casos con la instalación y el dibujo.

De Ana DMatos (Lugo, España, 1963), en coherencia con su personal universo creativo,  hemos elegido Formas de Paraíso, un cuerpo de trabajo en el que DMatos utiliza técnicas de dibujo, instalación y bordado y cuya temática orbita en torno al deseo y el erotismo. Las dos series que lo componen, Palimpsesto y Paradisaeidae, están inspiradas en el tema de las furias, en particular Ticio, desde la visión de una mujer artista que subvierte la tiranía de Zeus. Los celos, la venganza, el temor, la violación y el castigo son un entramado que no tienen cabida en la oscuridad profunda, que el personaje femenino crea y al que se arroja, en la confianza que nada le puede ocurrir. Paradisaeidae muestra como, en la oscuridad, negro profundo y absoluto, un ave surge y la abraza, la agarra e impide su caída,  la ilumina con los colores de su cuerpo. El castigo queda convertido en pasión y deseo, para la eternidad. En Palimpsesto, la artista explora la relación de las formas y las palabras y lo hace utilizando fragmentos de un poema de Biel Mesquida inspirado en este trabajo.

FLORE (Sur de Francia, 1963) persigue sueños ocultos tras la realidad, logrando que el pasado nos hable envuelto en las sombras y reflejos del presente.  Ante su objetivo, el tiempo se desliza con lentitud. De su cuerpo a cuerpo con el mundo extrae instantes mágicos: una silueta atemporal que se pierde en un callejón en calma, el reflejo de la  luz en el desierto…. A raíz de un largo viaje que la llevó de Saïgon a Sadec, de los ríos del Mékong a los arrozales del sur de la Cochinchina, surgió la colección de imágenes que presentamos, algunas de las cuales recrean la juventud en Indochina de Marguerite Duras. El enmarcado con hilo de plomo y cristal museo es también una realización artesanal de la fotógrafa de origen español, que vive y trabaja en París.

La joven artista norteamericana Jennifer B. Thoreson (Boston, 1979) centra su trabajo en entornos artística y meticulosamente labrados. Partiendo de su inspiración en temas como el feminismo, el trabajo social o el estudio de las relaciones personales, Thoreson se convierte en ilustradora emocional del corazón humano mediante elaboradas escenografías que inventa y realiza ella misma con una capacidad innata para sondear el pasado y tratar lo olvidado como tema.

De las fotografías de Ma Casanova, equilibradas, evocadoras y carentes de artificio, se puede decir que nos muestran el placer y la belleza de lo cotidiano, de todo aquello que nos define como seres humanos. Sus imágenes nos enfrentan, parafraseando a Nerea Ubieto, a instantes llenos de belleza simplemente porque nos son propios: la expresión espontánea del amor, la tranquilidad y concentración que experimentamos al leer un libro, el disfrute al contemplar un paisaje, la naturalidad con la que vivimos nuestros momentos en familia. Nos convierten, también, en cómplices de historias anónimas, que aunque no son reflejo de la felicidad soñada, nos pertenecen.

Lo efímero es el concepto bajo es que se podrían encuadrar la mayoría de los proyectos artísticos realizados hasta la fecha por Lola Guerrera. Sus fotografías retratan escenografías escultóricas que la artista crea únicamente para el momento del disparo fotográfico, destruyéndolas después, en una recreación de los Mementos Moris rescatados de la historia del arte y de aquellos autores que, como ella, experimentaron la necesidad de sentir lo efímero en su proceso creativo. La fotografía que se muestra, Cama, 2013, fue galardonada con el Premio Aena en 2014. En sus instalaciones, Guerrera se expresa de una manera más espacial, invitando al espectador a recorrer su obra desde distintos ángulos, pudiendo percibir cada uno de sus detalles.

De Tatiana Parcero (Ciudad de México, 1967) mostramos dos ejemplos de su serie Cartografía interior, en la que la autora explora el cuerpo como forma de autoconocimiento a través de reconstrucciones anatómicas, utilizando la yuxtaposición de acetatos e imágenes en color a modo de rayos X que le permiten ver a través de la piel. Como fondo, iconografías de códices mexicanos que reflejan la cosmogonía de culturas antiguas, las cuales representan los órganos humanos como lagos, las venas como ríos, etc.

Cada fotografía, audio o video de la artista argentina Veru Iché (Buenos Aires, 1972), afincada en la isla de Mallorca, es el resultado de una performance oculta al público que intenta comunicarse desde la fragmentación y no desde un producto artístico terminado. Cada silencio o espacio vacío representa una creación, un momento de libertad, originado mediante pautas performativas que Iché transmite a los intérpretes que las van a ejecutar, repitiéndolas reiteradamente hasta ser conducidos a ciertos estados, sensaciones, lenguajes corporales, emociones y pensamientos documentados, después, en forma de fotografías, videos e instalaciones.

Estas siete creadoras nos muestran distintas miradas de mujer, cada una desde perspectivas y vías de expresión diferentes, pero siempre bajo el común denominador de la exigencia formal, la experimentación y la osadía creativa.  Porque, en palabras de la escritora Rosa Montero, “… hay una historia que no está en la historia y que sólo se puede rescatar escuchando el susurro de las mujeres”.