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Últimos días "Hospital de cartón" en Galería Elba Benítez

Galería Elba Benítez

Hospital de cartón estará abierta al público hasta este sábado 7 de noviembre, de 11 a 20h

Primož Bizjak (1976, Eslovenia) y Carlos Bunga (1976, Portugal) comparten el interés por la arquitectura y su degradación a lo largo del tiempo. La primera muestra en torno al Hospital de cartón (Vall Fosca, 1912) es también su primera colaboración artística.

La exposición es la última etapa de un proyecto que empieza en la primavera de 2019, después de numerosos intentos fallidos de conseguir acceder al edificio, otras tantas hipótesis de como abordarlo dadas estas circunstancias y la excitante noticia de haber obtenido finalmente el permiso para visitarlo. El proyecto se articula a partir de la colaboración entre ambos artistas y arranca de la voluntad de encontrar en el trabajo del otro un complemento a la mirada personal, entendiendo la colaboración tal y como lo hacían los dadaístas, poniendo el valor no en la obra, sino en el acto de realizarla y colaborar con otros, con el fin de crear nuevas visiones del mundo. Colaborar es un apropiarse de algo para hacerlo crecer juntos.

Contemplar esta arquitectura prefabricada, modular, de bajo coste, móvil, de emergencia y efímera, todavía en pie, es un anacronismo, es viajar al pasado en tiempo real; y documentarlo, la voluntad de retenerlo fuera de su tiempo, en pleno proceso de desaparición. Bizjak, con una cámara analógica, captura espacios de tiempo, disecciona la ruina arquitectónica a través de sus fotografías que nos muestran su esqueleto, su excelente fábrica y su estructura modular ya en desuso y en pleno diálogo con la naturaleza que lo empieza a penetrar. Su proceso de trabajo requiere tiempo; cada encuadre que culmina en un disparo, tiene que garantizar que capta todo lo que se propone. No hay posibilidad de rever y apenas tiempo para repetir. Mientras, Bunga graba con un móvil; se detiene en las superficies, totalmente despreocupado por la calidad de la imagen y estableciendo analogías entre el Hospital y su propio trabajo: las capas pictóricas que muy probablemente se corresponden con los distintos usos que tuvo a lo largo del tiempo, la arquitectura como tercera piel (cuerpo-indumentaria-casa) y la ausencia de los cuerpos heridos. La mirada micro lo acerca a la epidermis, a esos cuerpos que tuvieron que recibir cuidados de manera urgente, a los más de 4000 obreros que se desplazaron de la ciudad al campo, del centro a la periferia, transformando completamente este paisaje natural para construir la segunda central hidroeléctrica de España, que tenía como objetivo abastecer de electricidad a la ciudad de Barcelona.

El Hospital es hoy un organismo enfermo al que solo le queda la piel y el hueso. Este modelo prefabricado de pabellón Doecker, construido con paredes de cartón-fieltro y estructura de madera, fue patentado a finales del s. XIX y comercializado a casi todos los continentes por la empresa alemana de origen danés Christoph & Unmack para ser usado en situaciones de guerra, pandemias, en las misiones religiosas, los campos de concentración y las colonias. Estas últimas fueron los laboratorios de la arquitectura moderna. Y muestra de ello es el hecho de que el arquitecto Konrad Waschmann, después de trabajar para la firma alemana durante varios años, emigrara a Nueva York para crear, junto a Walter Gropius, la Packaged House/General Panel System (1940).

La fase de post-producción de esta survey coincide con el surgimiento de la pandemia, que obliga a ambos artistas a trabajar confinados en sus casas. Mientras el Hospital de cartón resiste a desmoronarse, nuevos hospitales prefabricados de campaña se instalan en Wuhan (China) en menos de diez días. A pesar de que les separe poco más de un siglo y kilómetros de distancia, ambas construcciones comparten las mismas características: rápida instalación, buena ventilación y alta desinfección, para un mismo fin: cuidar la vida.

Ainhoa González (Comisaria del proyecto)