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Arancha Goyeneche inaugura "Abstracción y algo más" en la Sala de Arte El Brocense

Arancha Goyeneche 

Inauguración | 11 de Junio a las 20:30

Arancha Goyeneche (Santander, 1967) presenta en la sala El Brocense una serie de obras recientes junto con alguna pieza escogida más antigua. Entre ellas establece un diálogo en torno a la definición de abstracción poniendo de relieve tanto sus afinidades como sus diferencias.

La reinterpretación de la pintura como materia artística fundamenta el estímulo creativo de Arancha Goyeneche. Para ello utiliza materiales tradicionalmente ajenos a esta disciplina, sobre todo aquellos provenientes del mundo industrial, como vinilo adhesivo, pvc, fotografía,  fluorescentes o proyecciones, entre otros. A pesar de que se cuestione el soporte pictórico, en todo su trabajo late una defensa íntima de la pintura, una dualidad entre tradición y modernidad que respeta en lo fundamental los postulados clásicos de la creación artística. En este sentido, la artista trata de mantener viva la búsqueda de los valores de la pintura tradicional de perspectiva, color, veladura, luz, volumen e ilusión de movimiento mediante la superposición sucesiva de capas de color junto con materiales de distinta naturaleza.

Una de las cualidades de la obra de Arancha Goyeneche es su carácter instalativo. En ocasiones, el muro  se convierte en un gran lienzo blanco donde expande todo el material fragmentado, convirtiendo la practica pictórica en un trabajo casi escultórico, pleno de relieve y movimiento. De otro modo, el uso de luz cromática mediante fluorescentes provoca que los límites físicos de la obra sean aún más imprecisos, expandiendo también el color a través de la sala, los techos, el suelo para finalmente imponerse sobre el espectador. Por todo ello podríamos hablar más de espacio pictórico que superficie pictórica.

Además de estudiar el concepto y la práctica pictórica fuera de sus soportes tradicionales no hay que olvidar que el trabajo de Goyeneche está íntimamente unido al paisaje vivido como una experiencia vital, básica y necesaria. Su obra está traspasada por la inspiración paisajística, por una intervención de la naturaleza basada en la abstracción, moviéndose en el terreno de las sensaciones y las emociones, hasta construir una reinterpretación vitalista de la realidad llena de evocaciones y abierta a la interpretación del espectador. Esta obra surge a partir de la experiencia directa con la naturaleza, de sus ciclos vitales, de la observación de las pequeñas cosas que pasan inadvertidas y que son invisibles a nuestra forma actual de vida tal y como estamos acostumbrados en un mundo tan artificial y tecnológico.

Podremos ver en la sala de exposiciones la obra Sticked painting , parte de la serie Paisajes fragmentados y Paisaje medio, las pequeñas esculturas llamadas Caprichos cromáticos, impresiones digitales surgidas de los Paisajes fragmentados, la serie de Atardeceres y la obra Mi ilusión 4.

Sticked  painting  comenzó a trabajarla en 2012 y actualmente  sigue en proceso de desarrollo. Se trata de una pieza cuyo origen se encuentra en el estudio de la azulejería mudéjar, concretamente la que se encuentra en la casa Pilatos en Sevilla. La artista no pretende hacer ninguna reproducción fiel del azulejado, de sus formas y geometría, ni tampoco utilizar la misma técnica cerámica con la han sido realizados. Lo que le interesa es construir e interpretar una visión contemporánea del conjunto, de las sensaciones que producen, y todo ello trasladarlo a un lenguaje plástico y coherente con su propia trayectoria artística.

En este sentido, el propio título, Sticked painting, alude a la técnica empleada. Se trata de pequeños recortes de vinilo autoadhesivo a modo de stickers o pegatinas de colores mates, brillantes o reflectantes pegados  sobre una superficie de pvc de 10 x 10 cm. Con estos pequeños elementos, unidades o módulos, que obviamente tienen un paralelo con la fragmentación propia del alicatado, realiza distintas composiciones mediante paneles . En este caso presenta 8 paneles que forman un mural de 182 x 740 cm.

En la serie Paisajes fragmentados  el protagonista indiscutible es la luz mediante el uso de fluorescentes de colores. Se puede decir que son estructuras esculto-pictóricas realizadas con vinilos autoadhesivos sobre PVC y fluorescentes donde la artista procura recuperar sensaciones propias de una Naturaleza siempre cambiante. Este mismo concepto pero sin el empleo de la luz se repite en la serie Paisajes medios . Se trata de recorridos meteorológicos y temporales que apelan a lo que son experiencias comunes y compartidas.

Por último, la serie escultórica Caprichos cromáticos surge de manera casual. Las pequeñas formas amorfas que consigue con el material sobrante y residual que genera mientras trabaja  y, que tal vez  debería de haber tirado le sirven para experimentar con el volumen.

La exposición se acompaña de un catálogo donde aparecen reproducidas todas las obras expuestas y con un texto de Regina Pérez Castillo.