Exposición 'Melancolía' en el Ateneo de Málaga
Del 12 Marzo al 30 Abril 2021, de lunes a viernes de 11.00 a 13.30 horas y de 17.00 a 21.00 horas en la Antesala del Ateneo de Málaga en Calle Compañía, 2 de Málaga.
«Si fuera posible que él [el buen artista] viviera por
siempre, sus ideas interiores... siempre le aportarían
algo nuevo para ser expresado a través de sus obras»
Alberto Durero.
Alberto Durero (1471-1528), pintor, grabador y dibujante renacentista alemán, está considerado uno de los genios más sobresalientes de todos los tiempos. Durero representa para Alemania lo que Leonardo para Italia. La obra de Durero, constituida por unos 350 grabados en madera y cobre, y los casi mil dibujos, acuarelas y óleos que actualmente se conservan, evidencian una colosal labor como artista.
Melencolia I es uno de sus más bellos grabados a buril sobre cobre. El personaje de este grabado está sumido en la triste inacción que provoca su estado de ánimo. En la época se realizaban representaciones de los cuatro estados de ánimo asociados con los cuatro humores clásicos: colérico, flemático, sanguíneo y melancólico (bilis amarilla, flema, sangre y bilis negra). Mientras se saludaba con beneplácito la presencia del carácter sanguíneo (juventud), se lamentaba siempre con reservas la presencia del talante melancólico; la persona que estuviese poseída por él era sinónimo de ser torpe, mezquina, rencorosa, desleal, irreverente, indolente, arisca, triste, olvidadiza y soñolienta. Si está inactiva no es por ser demasiado holgazana como para trabajar, sino porque el trabajo ha perdido para ella todo su sentido; su energía está paralizada no por el sueño sino por el pensamiento. Durero imaginó un ser dotado de la potencia intelectual y las posibilidades técnicas de un “Arte”, pero que al mismo tiempo desespera bajo la nube de un “humor negro”….la melancolía del artista, la melancolía creativa, la que provoca enajenación, tristeza y aislamiento.
En los Problemata, atribuidos a Aristóteles, la bilis negra distingue a los grandes hombres. Melancolía se asocia con Saturno, que es el planeta de los creadores. Durero, Consigue modificar el papel social del artista, dejando de ser la de un artesano poseedor de grandes dotes manuales para ser un intelectual, un intérprete de la historia de su tiempo.
El grabado es una disciplina artística en la que el artista utiliza diferentes técnicas de impresión, que tienen en común el dibujar una imagen sobre una superficie rígida, llamada matriz, dejando una huella que después alojará tinta y será transferida por presión a otra superficie como papel o tela, lo que permite obtener varias reproducciones de las estampas. Dependiendo de la técnica utilizada, la matriz puede ser de metal tradicionalmente (cobre o zinc), madera, linóleo o piedra, sobre cuya superficie se dibuja con instrumentos punzantes, cortantes o mediante procesos químicos. Actualmente, también se utilizan placas de diferentes materiales sintéticos que se pueden grabar de manera tradicional con punzones o mediante procedimientos fotográficos, digitales o láser.
La primera civilización en producir originales grabados fueron los Sumerios en Mesopotamia, hace 3000 años. Tallaban sus diseños en piedras pulidas con forma cilíndrica que luego hacían rodar sobre arcilla blanda dejando la impresión del diseño original. Posteriormente en China, tras la invención del papel, surgen las primeras impresiones sobre este material realizadas con matriz de piedra. Los primeros grabados europeos se producen en el siglo VI en el ámbito textil. Las primeras reproducciones en papel se realizaron en España en 1151. A comienzos del siglo XV se realizaron naipes con impresión xilográfica en Alemania y poco tiempo después aparecieron los primeros sellos en Inglaterra. Fue durante el Renacimiento cuando la técnica del grabado se desarrolló con mayor vigor.
En esta exposición, que pretende ser un recorrido por las diferentes técnicas del grabado, se cuenta con 28 artistas presentes y 31 obras expuestas en sala. La muestra está dividida en varias parcelas expositivas que nos acercan al trabajo de cada uno de estos artistas. HOJA DE SALA
Algunos artistas clásicos que han sido referencia mundial en el grabado: Francisco De Goya (Fuendetodos, 1746-Burdeos, 1828), James Ensor (Ostende, 1860 – 1949), Pablo Picasso (Málaga, 1881-Mougins, 1973), Henri Matisse (Le Cateau-Cambrésis, 1869-Niza, 1954) y Salvador Dalí (Figueras, 1904- 1989).
Una representación de artistas internacionales de todos los continentes: Marc Chagall (Bielorrusia. Vítebsk, 1887-Saint-Paul De Vence, 1985), Víctor Vasarely (Hungría. Pécs, 1906 - París, 1997), Mimmo Rotella (Catanzaro, 1918 - Milán, 2006), Louise Bourgeois (París, 1911 – Nueva York, 2010), Alexander Calder. (Lawnton, 1898, - Nueva York, 1976), Alexis Leiva, Kcho (Cuba. Isla De La Juventud, 1970) y Ming Yi Chou (Taiwan. Taichung, 1969).
La generación catalana de los años ’70. Desde los años sesenta, con algunos referentes anteriores, se muestran varios caminos de la creación en Cataluña: Joan Hernández Pijuan (Barcelona, 1931 – 2005), Antoni Tapies (Barcelona, 1923 – 2012), Manuel Hernández Mompó (Valencia, 1927 - Madrid, 1992), Joan Miró (Barcelona, 1893-Palma De Mallorca, 1983), Joan Brossa (Barcelona, 1919 - 1998) y Josep Guinovart (Barcelona 1927 – 2007).
Los maestros nacionales de los años ‘90: Antonio Saura (Huesca, 1930-Cuenca, 1998), Eduardo Arroyo (Madrid, 1937 – 2018), Luis Gordillo (Sevilla, 1934), Juan Uslé (Santander, 1954), Miguel Ángel Campano. (Madrid, 1948 -Cercedilla, 2018) y Jose Maria Sicilia (Madrid, 1954).
Y, por último, tenemos parte de la generación andaluza formada en los años ‘90 en la Facultad de Bellas Artes de Granada: el malagueño Carlos Aires (Ronda, 1974), Jesús Zurita (Ceuta, 1974), y los jienenses Juan Francisco Casas (La Carolina, 1976) y Santiago Ydáñez (Puente de Génave, 1967).
En la casa en la que Salvador Dalí transcurrió su infancia había colgada en una pared una impresión enmarcada de la xilografía Rhinocerus, de Albrecht Dürer (1515). Fue en ese año cuando este enorme animal veloz, impetuoso y astuto, denominado rinoceronte, se vió por primera vez en Europa, traído por el rey de Portugal. Salvador Dalí cultivó durante toda su vida un gran interés por la figura del rinoceronte pues pensaba que su cuerno encerraba el espiral logarítmico ideal, la forma más perfecta existente en la naturaleza. Dalí afirmó que «durante toda mi vida no he pintado nada que no sea un cuerno de rinoceronte».
La muestra se cierra en la entreplanta, en el lugar que ocupa la secretaria, con una pieza de Salvador Dalí del año 1971, como homenaje del catalán a Durero. Esta obra la realizó para la exposición de grabados en la Galería Louis Moufflet de Marbella.
En una época, como es en la que nos encontramos, en que parece que la melancolía cobra actualidad en todo lo que de parálisis social y económica tiene esta pandemia, la selección de grabados que Admiral Arte Contemporáneo presenta en La Antesala del Ateneo de Málaga, viene a demostrar que el hecho artístico es entre otras cosas, uno de los principales motores de nuestra sociedad, un agitador del pensamiento y una puerta de salida de esta tristeza abismal.
Cayetano Romero, comisario de la exposición.