Galería Blanca Berlín | Miguel Soler-Roig en Casa de México, Madrid | En el ombligo de la luna
© Miguel Soler-Roig. Sotol Sunrise, 2018.
Miguel Soler-Roig expone "En el ombligo de la luna" en la Casa de México en Madrid.
Comisaria: Nerea Ubieto.
20.06.2024 - 01.09.2024.
Obras a la venta en Galería Blanca Berlín. Ver catálogo.
Calle Alberto Aguilera, 20. Madrid.
Miguel Soler-Roig retrata México a través de la lente de su cámara desde hace más de treinta años, cuando visitó por primera vez el país, siendo un joven que se enamoró de México y lo recorrió en posteriores viajes de norte a sur y de este a oeste.
El título de la muestra En el ombligo de la luna también es un homenaje a México. Acorde con una cultura respetuosa con la naturaleza y los astros, el nombre proviene de la unión de tres palabras: metztli, que significa ‘luna’; xictli, ‘ombligo’ o ‘centro’, y co, ‘lugar’, es decir, «en el ombligo de la luna». Tal designación responde a la similitud entre la forma de los antiguos lagos de la cuenca de México y la silueta de las manchas lunares vistas desde la tierra: ambas recordaban la figura de un conejo, cuyo centro sería el ombligo o la gran ciudad de Tenochtitlán. Por otro lado, México también se relaciona con el vocablo ānāhuac, que puede traducirse como «circunvalado por agua». Todas estas referencias nos sitúan en una clave simbólica relacionada con la luna y el agua y, por lo tanto, con las emociones, el pasado y el subconsciente, elementos fundamentales de la exposición. Para el desarrollo del proyecto, Soler-Roig se introduce en su amplio archivo fotográfico y se deja llevar por un proceso intuitivo que desemboca en una síntesis visual y afectiva.
La exhibición, comisariada por Nerea Ubieto está dividida en dos núcleos temáticos que reflejan el inicio y la actualidad de la relación del autor con el país, así como la densidad emocional que atraviesa dicho intervalo temporal desde el centro de su biografía.
El primero consiste en collages digitales a partir de diapositivas de su primer viaje por México en 1986, siendo adolescente, cuando las ruinas arqueológicas aún no habían sido encontradas por el turismo y pudo captar instantáneas privilegiadas. Ya entonces, sintió una energía única y nutritiva que le interpeló personalmente y sembró en él una semilla de retorno cíclico. Las imágenes plasman la sucesión irregular de etapas en México a través de varias intensidades y elementos yuxtapuestos. Todas parten de un registro antiguo y son intervenidas por capas, cual palimpsestos, con recursos líquidos y fotografías privadas ligadas a un recuerdo o huella sentimental. Cada composición es un compendio de experiencias cruzadas que tiene su anclaje en un tiempo pretérito. Los enclaves se sitúan, a excepción del volcán Popocatépetl, en la península de Yucatán: el Castillo de Tulum, los monumentos de Uxmal y la cumbre del templo de Kukulcán – versión maya de la serpiente emplumada o Quetzalcóatl – en Chichén Itzá.
Esta fotografía sirve de tránsito al segundo núcleo, una suerte de capilla oscura con cuatro inmensos paisajes donde sumergirse. Cada uno de ellos es el epítome estético de una de las últimas vivencias reveladoras de Soler-Roig en México, aquellas que han conseguido trasladarle hasta su epicentro interno: un impasse meditativo, un momento de celebración identitaria, un viaje espiritual mediado por la vegetación o por la sensación de unidad con el cosmos. Los horizontes de atmósferas mágicas y naturaleza en estado salvaje expresan la imbricación de las realidades físicas del entorno mexicano y la subjetividad del autor.
Nerea Ubieto, 2024.