La Galería Gema Llamazares presenta "Trilogía del alma: Purificación" de Soledad Córdoba
Galería Gema Llamazares / Soledad Córdoba
Del 7 de junio al 27 de julio
Inauguración 7 de junio a las 20:00
La Galería Gema Llamazares presenta el próximo día 7 de junio una nueva exposición de Soledad Córdoba (Avilés, 1977) Trilogía del alma: Purificación, comisariada por Zara Fernández de Moya.
Este nuevo proyecto de la artista, realizado durante este último año, es fruto de la concesión de la Beca Leonardo a Investigadores y Creadores Culturales 2017 de la Fundación BBVA, con la que ha recorrido algunos de los desiertos americanos, dando lugar a su Trilogía del alma: Transcendencia. Purificación. Renacimiento.
Purificación, la segunda parte o segundo movimiento de esta Trilogía, se presentará por primera vez en la Galería Gema Llamazares, al mismo tiempo que se podrá ver Renacimiento en Madrid, en el marco de PhotoEspaña, de la mano de la Galería Blanca Berlín. La inauguración conjunta de ambas partes, tras la presentación en La Cárcel_Segovia Centro de Creación, de la primera parte, Transcendencia, sigue la coherencia y el sentido de esta gran obra: Soledad Córdoba establece un diálogo con todas sus piezas gracias a un “hilo solar”, un hilo-oro y silencioso, “un velo negro de guipur que une a sus protagonistas”, destaca la comisaria de la exposición, Zara Fernández de Moya. “Ellas son la expresión de la mujer peregrina, guerrera, maga, de la mujer trascendida, purificada y renacida. Pero al tiempo aluden también a los diferentes estados por los que transitan en su viaje para ser, además, mujeres contemplativas y contempladas”.
Doctora en Bellas Artes por la Universidad Complutense de Madrid. Su formación e investigación artística ha sido apoyada a través de becas y estancias en residencia en París (Cité Internationale Universitaire de París), Londres (TATE Britain, The Hyman Kreitman Research Centre), Madrid (Casa de Velázquez) y Barcelona (Hangar, Centre de produció d’arts visuals i multimédia). Su trayectoria artística está avalada por diversos premios de Fotografía y Artes Plásticas cabe resaltar entre otros, el primer premio de Fotografía El Cultural del diario El Mundo, el primer premio de Artes Plásticas de la Fundación Universidad Complutense y el del Certamen Jóvenes Creadores del Ayuntamiento de Madrid.
Su obra está presente en importantes colecciones, Colección Masaveu, Museo de Bellas Artes de Asturias, Ministerio de Educación, Cultura y Deporte de España, Colección DKV, Nueva Colección Pilar Citoler, o la Colección Liberbank entre otras.
Soledad Córdoba Trilogía del alma: PurifiCaCión
El alma caleidoscópica de Soledad Córdoba Texto de Zara Fernández de Moya
En esta magnífica galería, Soledad Córdoba presenta su segunda parte de su Trilogía el alma: Purificación, donde su cuerpo de mujer, elemento central de toda su obra, se funde con el desierto como un organismo animado, como región irreductible donde explorar diferentes estados del alma (génesis de sus visiones poéticas) en los que lo bello y lo sublime, como diría Eugenio Trías, en tanto que categoría única, se manifestaría como “presencia divina, encarnación, revelación del infinito en lo finito”.
La trilogía de Soledad Córdoba parecería revelar así el sentimiento romántico de lo sublime, donde, siguiendo al citado filósofo, “lo infinito se mete así en nosotros, en nuestra naturaleza anfibia de espíritus carnales”. Lo inconmensurable, el desierto abismal, es contemplado y habitado por un sentimiento ambivalente de angustia y gozo. La conciencia de la superioridad de la naturaleza llevaría a la artista a preguntarse por los enigmas primordiales, por los estados del alma ya explorados en Devastación y Resistencia, germen de esta Trilogía del alma. En estos proyectos seminales, las obras actúan como pruebas de una transformación devenida tras una experiencia desoladora, y a su vez funcionan como un medio para encontrar una vía de sanación (Devastación) o son «acciones de fuerza», bajo la pregunta de si resistir es existir (Resistencia). El visitante, por lo tanto, podrá recorrer los diferentes estados a través de fotografías, vídeos, instalaciones y dibujos, como expresión universal del alma caleidoscópica, acompañando el propio proceso de transformación de la artista.
En esta travesía hacia la inmensidad, hacia sí misma, Soledad elige el desierto como lugar propicio para la revelación, para la trascendencia. Ella misma lo relata como un camino místico, un viaje iniciático, o el camino misterioso que describía Novalis, “que va hacia el interior; dentro de nosotros, donde está la eternidad con sus mundos, el pasado y el porvenir”.
En el conjunto de sus visiones poético-performativas gravitan símbolos que conforman su mitología personal: la piedra, las cuerdas, el velo negro, el hilo-oro o la rosa negra. Elementos de su exploración espiritual que conectan con lo inefable y lo intangible, y nos invitan a penetrar en los abismos del inconsciente, de las grandes revelaciones, pero también, como apuntara José Jiménez, en su proceso consciente de superación personal: “Arrastrar las piedras de la existencia, girar en torno a ellas, hasta conseguir dominarlas, convertirlas en escala de la elevación”. Desde arriba, trascendida, las imágenes de Soledad Córdoba provocan estremecimiento y verdad. Obedecen a una exigencia imperiosa de su ser, no tienen nada que ver con la complacencia del yo. Son expresión universal del alma; de la mujer peregrina, guerrera, maga; de la mujer trascendida, purificada, renacida.
Zara Fernández de Moya
Directora de proyectos, comisaria y responsable de comunicación de la Asociación Cultural del Mediterráneo Occidental (MED-OCC: www.med-occ.org) con la que lleva veinte años tendiendo puentes, a través de exposiciones de artes visuales contemporáneas, entre artistas de España y otros países como Marruecos, Siria, (Magreb y Mashreq en general), y, más recientemente, Irán. Actualmente, es la comisaria de la exposición itinerante Miradas Paralelas. Irán-España: Fotógrafas en el espejo, www.miradasparalelas.com, que, desde su inauguración en 2016 en el Centro Cultural Conde Duque y su paso por el Museo Barjola de Gijón, continúa una larga itinerancia, (Teherán, Sevilla, Granada, Nueva York, Barcelona, Lisboa etc). También destacan de sus proyectos actuales, la muestra de fotografía Apátridas: El laberinto de los invisibles en Caixa Forum Madrid y Casa Árabe.
Contemplaciones, peregrinajes y ritos Texto de Soledad Córdoba
Trilogía del alma discurre por varias vías y todas se complementan y conectan. Todas estas series de fotografías, vídeos y dibujos van dialogando entre sí y están unidas con un “hilo solar”, un hilo oro y silencioso, un velo negro de guipur, están unidas por piedras y ellas, las protagonistas, desean ser piedra o vivir en ellas. Las guerreras, las peregrinas, las mujeres místicas, chamánicas e iniciadas son las protagonistas de los ritos y acciones que aluden a los diferentes estados del alma (resistencia, sacrificio, desprendimiento, trascendencia, purificación y renacimiento) además están las mujeres contemplativas...
Trilogía del alma es un viaje del alma donde chamanas, magas, iniciadas, peregrinas y guerreras son necesarias, son las guías en este viaje. A través de ellas se depositan las infinitas cuestiones acerca del alma, a través de ellas se experimentan los estados del alma. Las obras nos introducen en un mundo místico y espiritual totalmente abstracto, algo tan sugerente como lo que comenta Roger Caillois en Piedras donde explica que «Los taoístas eran unos apasionados de los viajes del alma. Se trata sin duda de arrebatos extáticos, heredados de los antiguos chamanes. Se supone que el espíritu, liberado del cuerpo, recorre sin esfuerzo y casi instantáneamente los diferentes mundos naturales y sobrenaturales antes de volver a su envoltura (...)».
Trilogía del alma no se entiende como una discusión sobre la existencia del alma o si el espíritu infla nuestro ser para elevarnos más allá del cuerpo... No. Todas las obras están guiadas por la naturaleza, por el instinto y la reflexión que parten de visiones e inquietudes, como dice María Zambrano, «la vida tiene siempre una figura, que ofrece en una visión, en una inquietud, no en un sistema de razones».
En realidad, quedaba el alma como un reto. Por una parte la Razón del hombre alumbraba la naturaleza; por otra, la razón fundaba el carácter trascendente del hombre, su ser y su libertad. Pero entre la naturaleza y el yo del idealismo, quedaba ese trozo del cosmos en el hombre que se ha llamado alma. (María Zambrano)
«Y en ese instante-ya veo estatuas blancas dispersas a lo lejos en la perspectiva de las grandes distancias; cada vez más lejos en el desierto donde me pierdo con la mirada vacía, yo misma estatua que se ve de lejos, yo que estoy siempre perdiéndome. Estoy disfrutando de lo que existe. Callada, aérea, en mi gran sueño. Como no entiendo nada me uno a la vacilante realidad móvil. Lo real lo alcanzo a través del sueño. Yo te invento, realidad. Y te oigo como retomas campanas sordamente sumergidas en la agua y tocando trémulas. ¿Estoy en el centro de la muerte? ¿Y para eso estoy viva? El centro sensible. Y me vibra ese it. Estoy viva. Como una herida, flor en la carne, está en mí abierto el camino de dolorosa sangre. Con el directo y por eso mismo inocente erotismo de los indios de Lagoa Santa. Yo, expuesta a la intemperie, yo, inscripción abierta en el dorso de una piedra, dentro de los amplios espacios cronológicos legados por el hombre prehistórico. Sopla el viento cálido de las grandes extensiones milenarias y levanta un oleaje en mi superficie». (Clarice Lispector)