Galería Joan Prats: HANNAH COLLINS en Casa Árabe Madrid comisariada por José Tono Martínez
A partir del 28 de enero, Casa Árabe ofrece en Madrid la exposición Hassan Fathy: a contracorriente, comisariada por José Tono Martínez, en la que se recogen planos, maquetas, fotografías procedentes de la Fundación Aga Khan y de la Universidad Americana de El Cairo y libros del conocido como "el arquitecto de los pobres". En este marco, se presentarán algunas obras de Hannah Collins y su visión personal del arquitecto, incluyendo la vídeo instalación I will make up a song and sing it in a theatre with night air above my head, presentada en la Fundación Tàpies y en el SF MoMA.

Hassan Fathy: a contracorriente
Colaboración especial de Hannah Collins: Haré una canción
«En otro tiempo, había una belleza innata en todo lo que nos rodeaba: éramos nosotros mismos». Hassan Fathy, 1981
Hassan Fathy (Alejandría, 1900- El Cairo, 1989) es el padre de la arquitectura sostenible y vernácula. Antes de que existieran las cátedras de materiales de nuestro tiempo, Fathy se fijó en las propiedades milenarias del adobe, arcillas y arenas secadas al sol y mezcladas con paja, en cuanto material constructivo disponible y barato, y con altas capacidades de aislamiento térmico. Esta tradición milenaria ha sido fundamental en el desierto, donde se producen fuertes contrastes de temperatura entre el día y la noche, y donde la abundancia de arena implica accesibilidad de materiales y economía de recursos. [Gruppo 8]
Fathy fue un romántico, un ilustrado, un místico, y como tal se opuso a la idea neocolonialista que pretendía homogeneizar la cultura egipcia según un esquema internacionalista. Fathy volvió a las raíces, a mirar las enseñanzas del campesino tradicional, del «fellah», o las tradiciones nubias del sur, que seguían construyendo cúpulas, arcos y bóvedas inclinadas, sin armazón, como se hacía desde tiempo inmemorial.
Durante la II Guerra Mundial, y más tarde, trató a intelectuales como Naghib Mahfuz, el premio nobel egipcio, o el artista Hamed Said, para quien construyó su estudio en ladrillos de adobe, la casa Toub Al Akhdar, en Marg. Ambos pertenecieron al grupo de artistas y pintores del llamado grupo de los Friends of Art and Life. Todos fueron pioneros de la educación social y del contexto, y hacían prácticas de sus enseñanzas con sus estudiantes, animando a estos a trabajar y convivir con los campesinos o con los artistas locales. La defensa de la artesanía y de los viejos oficios halla lugar de excepción en su obra teatral en cuatro actos El Cuento de la Celosía, de 1942.
Diseñó la villa de Nuevo Gourna, entre 1945 y 1949, haciendo antropología, incorporando a su diseño un tratado de usos y costumbres de los habitantes de aquel pueblo que había vivido del expolio de las tumbas del Valle de los Reyes. Con ello, se adelantaba dos generaciones a inquietudes de arquitectos contemporáneos como el chileno Alejandro Aravena, el burkinés Francis Kéré o la francesa Anne Lacaton, incorporando la visión del destinatario en los diseños. Fathy lo explicó en su libro Gourna, a tale of two villages (1969), título original del archifamoso Architecture for the Poor: An Experiment in Rural Egypt, publicado en la University of Chicago Press, en 1973.
La presente exposición -dedicada in memoriam al arquitecto Luis Maldonado Ramos (1957-2017), y que reconoce la inmensa labor investigadora de James Steele-, recoge planos, maquetas y fotografías de obras emblemáticas de Hassan Fathy, así como de su vocabulario arquitectónico: Casa Hamid Said, en el Fayum, 1942; Casa Hamdi Seif al-Nasr, en el Fayum, 1944/45; Poblado de Nuevo Gourna, Luxor, 1946-1949; Mezquita de Lulu at al-Sahara, El Cairo, 1950; Apartamento de Shahira Mehrez, El Cairo, 1967; Costa Norte Sidi Krier y Casa Fathy, 1971; Casa Casaroni, Shabramant, 1980; Sa Bassa Blanca, Alcudia, Mallorca, 1978/80; y Villa Dar al-Islam, Albiquiu, Nuevo México, 1980-86. Se remata esta sección con una selección de la obra pictórica de Hassan Fathy, gouaches e imágenes de su apartamento en la Mansión Ali Effendi Labib, del viejo Cairo.
Tres aportaciones complementan la exposición. Un panel centrado en la arquitectura de tierra en la Península Ibérica, con tipologías de técnicas, y obras de estudios contemporáneos, coordinado por Fernando Vegas, Camilla Mileto y Valentina Cristini; la instalación dedicada a Fathy por la artista inglesa Hannah Collins, Haré una canción y la cantaré en un teatro con el aire de la noche sobre mi cabeza, presentada en la sede del SF MoMA San Francisco, EE.UU. (2019-2020) y en la Galería Joan Prats de Barcelona; y una obra del artista Chant Avedissian, discípulo de Hassan Fathy, cortesía de la Galería Sabrina Amrani de Madrid.
En 2021, Casa Árabe y Ediciones Asimétricas, con el apoyo del Instituto Egipcio de Estudios Islámicos de Madrid, publicarán un catálogo libro con aportaciones de José Tono Martínez, María Pura Moreno, Leïla el-Wakil, Serge Santelli, Nadia Radwan, Fernando Vegas, Camilla Mileto, Valentina Cristini, Zolt Vasáros, y Hannah Collins.
José Tono Martínez
Comisario
Texto de Hannah Collins
I will make up a song and sing it in a theatre with night air above my head.
Haré una canción y la cantaré en un teatro, rodeada de un aire nocturno
Entre 1946 y 1954, el arquitecto egipcio Hassan Fathy diseñó y construyó New Gourna, introduciendo principios ecológicos en la arquitectura de adobe de Oriente Próximo, con el deseo que las poblaciones rurales del norte de África pudieran disponer de viviendas sostenibles, agua potable, escuelas y ayudas para desarrollar su cultura.
Gurna era un asentamiento situado en Tebas, en la orilla izquierda del Alto Nilo, sobre unas tumbas antiguas, donde los habitantes vivían del expolio de sus contenidos. Fathy recibió el encargo de construir New Gourna, lugar en el que la gente de Gurna sería reubicada en contra de su voluntad. Fathy tenía la esperanza de que la nueva ciudad, que contaba con un teatro al aire libre, un mercado cubierto, una mezquita, escuelas y almacenamiento de agua potable, se convirtiera en un lugar con un sistema de vida sostenible, con la mirada puesta en el futuro, sin depender del expolio del pasado. En cambio, el nuevo asentamiento nunca fue aceptado por los residentes quienes se sintieron forzados a adaptarse a un nuevo tipo de vida impuesto.
Las fuentes de inspiración para la nueva ciudad provenían de los pueblos de adobe de la zona, de los asentamientos beduinos, de templos romanos y de las aldeas nubias de Asuán, a orillas del Nilo. Apropiarse de antiguas técnicas nubias y romanas liberaban al constructor de los costosos soportes de madera, construyendo en cambio techos de ladrillos de adobe e introduciendo técnicas de enfriamiento de aire y agua.
Durante la década de los sesenta, se descubrieron reservas subterráneas de agua en el oasis de Kharga, a tres horas de camino por el inhóspito desierto desde Luxor. En este oasis, a Fathy le encargaron la construcción de New Baris, otro pueblo de ladrillos de adobe que debía convertirse en una comunidad sostenible que creciera y exportara frutas y verduras del desierto. Para conseguir almacenar estos productos tan perecederos en el nuevo asentamiento, Fathy ideó un sistema con pozos de ventilación y torres secundarias para acelerar la circulación de aire, haciendo bajar las temperaturas externas más de quince grados. New Baris quedó inacabado pues su construcción se detuvo debido a la guerra en 1967.
Por otro lado, la restauración de New Gourna se detuvo tras la revolución de 2011. La ciudad está desapareciendo lentamente en la decadente periferia de hormigón de Luxor, donde las construcciones son al menos diez grados más calientes en verano y diez grados más frías en invierno.
A medida que la necesidad de repensar el rápido uso de los recursos disponibles deviene cada vez más urgente, las experiencias de New Gourna y New Baris nos dan esperanza y optimismo, convirtiéndose en una visión para el futuro y abriendo la posibilidad de encontrar nuevos caminos a seguir.
Este trabajo fue realizado en colaboración con Duncan Bellamy, quien creó la banda sonora que lo acompaña.
Hannah Collins
Febrero 2018