Galería Rafael Pérez Hernando | Regine Schumann. Color me in mirrorview + Fanny Brodar en #LACRIPTAPROJECTS
"Color me in mirrorview" es ya la cuarta exposición individual en la Galería Rafael Pérez Hernando de Regine Schumann (Goslar, 1961), con quién se sienten orgullosos de poder trabajar desde hace más de diez años.
Bajo el efecto de la luz negra, sus obras de vidrio acrílico fluorescente transformarán la galería irradiando su luz y color, al tiempo que la arquitectura de las distintas salas y también los propios espectadores se verán reflejados en sus superficies y también en un conjunto de espejos estratégicamente colocados por la artista para expandir ópticamente la dimensión espacial y crear un potente efecto inmersivo, de tal forma que todo se convierte en parte de la obra.
Schumann vive y trabaja en la ciudad de Colonia, Alemania. Su trabajo, influenciado por los artistas del movimiento color-field, se centra en los efectos de luz y color que causan los materiales fluorescentes y fosforescentes. Con paneles de vidrio acrílico de diferentes colores fabricados con pigmentos que reaccionan a la iluminación externa que reciben, elabora diferentes composiciones en los espacios de acuerdo con la teoría de los colores de Goethe. Cuanto más fuerte es la luz natural, más se potencia el color y el efecto luminoso. También usa luz ultravioleta para añadir nuevas variaciones de color, o intensificar el brillo de sus obras.
Como resultado, obtiene obras de colores y efectos cambiantes, que no sólo se relacionan con el espacio circundante, sino que cada vez sorprenden al espectador con una experiencia distinta dependiendo del ambiente lumínico.
Del 12 de septiembre al 23 de noviembre de 2024.
Orellana, 18. Madrid.
Giorgio Griffa: materia spirituale es el tercer proyecto que la Galería Rafael Pérez Hernando realiza en su programa de Bujedo. En él se produce el mágico encuentro de la depuración, el ritmo y el silencio característicos de la vida monástica, con la obra de Giorgio Griffa (1939, Turín).
El silencio traducido en su pintura por la contención y los vacíos, coexiste con un ritmo que parece surgiera desde ese mismo silencio. Se trata de un ritmo creador basado en los ritmos de la tierra y de la música, conviviendo y yuxtaponiéndose sin límites hasta el infinito.
Tras deambular por la mística sencillez de la nave principal de Santa María de Bujedo de Juarros en un camino de recogimiento y silencio, se encuentra en el transepto Dioniso due obra histórica de Giorgio Griffa. Hermana gemela de la pieza creada por el artista para la Bienal de Venecia de 1980, pertenece a la serie “Transparenze”. Dioniso due nos traslada hacia un universo de fragmentos construidos con transparencias en el que como si de una sinfonía musical se tratara, los signos se yuxtaponen, conectan, nutren y cofunden. Esta pieza al igual que los signos -elemento vertebrador de la obra de Griffa-, es siempre la misma, pero nunca igual, al presentarse de forma diferente en cada uno de los lugares en los que se muestra.
El universo mutante y fluido de Dioniso due conecta del otro lado del transepto con la proporción aurea en Spirale 2023. El numero áureo es un referente importante en el trabajo de Griffa como símbolo de la perfección en el universo y la naturaleza, de condición infinita, como infinitas son las obras de Griffa, carentes de límites, de principio o final. Sus telas libres del bastidor y del marco se desarrollan sin fin. Spirale a su vez conduce la mirada hacia una puerta en el transepto que pareciera llevarnos a nuevos caminos. Senderos que al igual que la proporción aurea, continúan para siempre girando alrededor de lo desconocido hasta el final de los tiempos.
En la antigua cilla del monasterio, Nurkoszop 2019 perteneciente a la serie Shaman exhibida en la 34 Bienal de Sao Paulo de 2021, conecta mágicamente con la repetición y el ritmo de los signos de la puerta mozárabe de comienzos del año 1500. El Shaman murmura palabras incomprensibles. Esta serie iniciada alrededor de 2010 incorpora la palabra como signo, las palabras devienen signos, imágenes en un lenguaje universal más allá de la lingüística. Los pliegues del lienzo recogen la historia de éste concediéndole su carácter más escultórico. La tela suspendida en la pared, sus pliegues como huella, marca del paso del tiempo y del devenir de la obra, conectan a su vez con los tapices franceses y belgas del XVI y XVII de esta exposición en la abadía de Santa Maria de Bujedo de Juarros.
El catálogo de la 34 Bienal de Sao Paulo conecta en la misma doble página a dos grandes maestros del arte italiano del siglo XX Griffa y Morandi (1890-1964). Ambos artistas tienen una conexión profunda en su práctica artística y vital. Morandi vivió y desarrolló su carrera artística centrada en una misma temática: sencillos bodegones domésticos que sin embargo le permitieron evocar planteamientos existenciales. Giorgio Griffa desde hace cincuenta años realiza una práctica artística fuera de todo sistema y tendencia, aferrada a sus impulsos, convicciones y esto representa su mayor obra y legado. El cuerpo de trabajo producido desde los años 60 constituyen las piedras de un camino de integridad, consecuente consigo mismo y con su obra. Un "statement” vital.
Griffa menciona recurrentemente en sus escritos a la figura del antihéroe, como contraposición admirada y contemporánea frente la figura mitificada y ensalzada del artista creador. Él se considera un mero transmisor del legado milenario y universal de los signos, que a través de su cuerpo sobre el lienzo, su mano y colores recoge sobre la tela. Sin embargo la coherencia de sus principios en el transcurso de una trayectoria artística al margen de los cánones de su época y coetáneos, le erigen como un héroe humano y espiritual, liberado de las condicionantes y ataduras inherentes a la jerarquía y al poder.
Pia Ogea.
A su vez, en su sala de proyectos #LACRIPTAPROJECTS presentan por primera vez una selección de obras de la artista Fanny Brodar (Oslo, 1971). Esta pintora que actualmente vive y trabaja en Maine, nació en 1971 en Oslo, Noruega y creció en Nueva York viendo Barrio Sésamo mientras dibujaba en el suelo de su habitación y proyectaba mundos y amigos imaginarios que le ayudaron a afrontar los momentos traumáticos vividos en su infancia.
Se formó como Ilustradora en el Art Institute of Boston, aunque su vida tomó un rumbo diferente y no será hasta principios de 2020 cuando retome la pintura como un escape al asilamiento provocado por la pandemia. No obstante, su experiencia como ilustradora es notable en su trabajo, dejándose ver también la influencia del arte y la cultura contemporánea japonesa y otros de sus referentes como las obras de artistas como Rose Wylie o Philip Guston.
Brodar representa múltiples personajes de colores vibrantes tomando como referencia sus vivencias infantiles para transmitir una visión de anhelo de compañía y vivacidad. Compone sus obras meticulosamente, creando una sensación de orden a partir del caos. Para ella, el arte es un medio de autocuración y a su vez una forma de sanar al niño interior de los espectadores. En sus últimos trabajos, también ha introducido personajes imaginativos inspirados en la naturaleza. Su objetivo es desarrollar una conexión afectuosa con el mundo natural e invitar a los espectadores a encontrar alegría en las cosas simples de la vida.
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