Inauguración en Galería Lucía Mendoza "Life in motion" de Christian Voigt

Uno de los elementos que con mayor precisión caracteriza a la vida es el movimiento. El mismo transcurrir del tiempo ya lleva implícito ese movimiento. Christian Voigt retrata la vida, lo que encuentra, lo que le encuentra, mientras transita por ella.

La energía de la vida varía su ritmo.

A través de la selección de imágenes que componen esta exposición tratamos de revelar un tempo muy particular, el que nos impone el ojo de Christian Voigt, quien nos conduce sin intención por ese fluir trascendente.

Existe un movimiento, o actividad que es intrínseco a la vida y por tanto también al ser humano y al mundo que le rodea, a la naturaleza.

Proponemos un ritmo ascendente. Desde la quietud más reflexiva, en la que el movimiento, bien espiritual o bien mental, es incuestionable aunque no sea en su dimensión física – incluso entendiéndolo como ausencia del mismo o como concepto intangible. 

Discurriremos por aquellas obras en las que el movimiento se nos aparece acabado. En ellas queda patente que hubo una actividad que fue, cuya huella es tan perceptible que podemos imaginar sin ver; podemos sentir sin avistar. Mientras que en otras somos conscientes de que está ocurriendo aunque no lo observemos .

Hay momentos en los que la energía fluye en estado de continuidad donde la sugerencia tiene que ver con los cinco sentidos que activamos al entrar en contacto con la naturaleza más esencial, más dinámica en su inherente cadencia.

Y hasta alcanzar momentos de frenética actividad en los que el ajetreo de la vida nos envuelve. Donde la obviedad empaña la imaginación cediendo el paso a la sorpresa o a la observación más ensimismada.