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El Instituto Cervantes de Casablanca presenta "LUGARES COMPARTIDOS" de Arancha Goyeneche

Arancha Goyeneche

Del 19 de septiembre al 6 de octubre de 2019

Inauguración: 19 de septiembre a las 19:00

La geometría y la ornamentación en las artes islámicas tienen un vínculo clarísimo con la naturaleza. El jardín terrenal y el paraíso prometido son a menudo aludidos, incluso en las formas no figurativas, a través de diseños y colores. Con las lógicas variantes regionales, hay una predominancia en la decoración de los colores del espacio natural: el azul del cielo, el verde del mirto y la vegetación, el amarillo del sol, el blanco de la claridad diurna y el negro de la oscuridad nocturna. Esos colores se combinan en los tejidos, en las alfombras, en las piezas de cerámica, en los manuscritos iluminados… Pero es quizá en los revestimientos murales de cerámica vidriada donde se hace más evidente la confluencia de estas referencias a la naturaleza y esa interacción de la luz en la arquitectura islámica que antes mencionaba. Las Sticked Paintings tienen su declarado origen en la admiración de Arancha Goyeneche por los azulejos mudéjares de la Casa de Pilatos en Sevilla, en los que culmina una larga tradición artesanal y ornamental en Al-Andalus. Sin embargo, por su composición y su técnica −trabajo con piezas recortadas de vinilo que se yuxtaponen o superponen− podríamos retrotraer sus fuentes artísticas al alicatado islámico, en el que se componen tramas geométricas de considerable complejidad con piezas cortadas de cerámica vidriada. En el arte hispanomusulmán, esos entramados siguen pautas compositivas estrictas según movimientos de traslación, rotación, simetría y simetría deslizada. Cada uno de los paneles que conforman el “muro” de Sticked Paintings está integrado por 162 pequeños módulos “alicatados” de 10 centímetros de lado que obedecen a reglas menos estrictas. Goyeneche es muy metódica pero da espacio a la subjetividad e incluso a cierto caos organizado. El resultado de estas características compositivas es un enorme dinamismo en las superficies, que es acrecentado por los diferentes grosores de los bastidores sobre los que ha montado los paneles: esos entrantes y salientes sobre la pared enriquecen, además, las oscilaciones de la luz sobre el conjunto, en especial con iluminación natural que cambia con las horas.

En su obra se produce una curiosa paradoja: utiliza materiales muy tecnológicos, industriales −los vinilos, los fluorescentes−, pero su procesamiento es muy deliberadamente artesanal. Para ella es importante trabajar con sus manos, implicarse corporalmente en la realización de las obras, y en ese sentido se reivindica como artesana.

Elena Vozmediano