Line Gulsett en la galería Cámara oscura
Inauguración: Viernes 17 a las 19h
Del 17/11 al 3/02
Un rápido y vibrante flujo de imágenes casi inmaterial pasa por delante de nuestros ojos. Proporciona una comodidad momentánea, o al menos una distracción, pero se convierte en algo perturbador cuando cada una de esas imágenes son revisitadas en nuestra memoria. Pequeñas pero significativas huellas son añadidas de forma continua a los procesos neuronales que definen nuestra memoria. Todos ellos juntos pueden crear una repulsiva superficialidad experimentada como una masa homogénea de impresiones virtuales. Leves representaciones de materia flotan en un reino virtual sin comienzo ni final. Carentes de pasado, presente o futuro. El mundo digitalizado puede verse como un indeseado caos de unas casi idénticas entidades comportándose como partículas brownianas en un espacio casi sin límites. Esta exposición describe un entorno contemporáneo que parece especialmente hostil para aquellos que intentan crear con la pintura una impresión más duradera sobre el lienzo.
En su trabajo, Line intenta subrayar aquellos momentos de una importancia formativa para el crecimiento de una identidad singular. Los juegos intuitivos de los niños y las interacciones lúdicas son puestas en comparación con la compleja desconexión social que es a menudo parte de la madurez. Ella también se aventura en la memoria de la infancia, incluyendo la angustia y los deseos de pertenencia, pero también la lucha por una cierta independencia de carácter casi heroico. Describe la forma en que el recuerdo de un periodo especialmente frágil en tu vida siempre se ve alterado por un determinado estado de conciencia. Line intenta pintar la manera en que sentimientos de alta intensidad pueden distorsionar la misma experiencia espacio-temporal. Estos pensamientos toman forma en cautivadores lienzos en los que la abstracción formal y las referencias a la historia del arte comparten un espacio pictórico con niños que corren y con los típicos atributos de juegos como la rayuela, la comba, y la natación.
A rapid, pulsating stream of images without notable substance passes before our eyes. It offers momentary comfort, a distraction at least, but becomes unsettling once the separate images are revisited via our memory. Small but significant imprints are continuously added to the fluid neural network of processes that define our memory. Together they can create a repulsive shallowness experienced as a homogeneous mass of virtual impressions. Weightless representations of matter float in a virtual realm without a beginning or an end. They lack a past, present or future tense. The digitized world can be seen as an off-putting chaos of nearly identical identities behaving like Brownian particles in an almost limitless space. This exhibition describes a contemporary environment that seems especially hostile to those who aim to create a more lasting impression with paint on a canvas.
In her work, Line tries to pinpoint the moments that are of formative importance to the growth of a singular identity. Children's intuitive games and playful interactions are compared with the awkward social disconnect that is often part of adulthood. She also addresses the memory of childhood, including all the angst and desires of belonging while simultaneously striving for a certain heroic independence. She describes the way this recollection of a fragile period in ones life is always altered by a current state of mind. She attempts to paint the way intense feelings can distort the experience of time and space itself. These thoughts take shape in compelling canvasses where formal abstraction and art historical references share a pictorial space with running children and the typical attributes of activities like hopscotch, skipping and swimming.
Madrid, 8 de octubre de 2017.
camara oscura galeria de arte
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