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Marc Domenèch. Luis Claramunt. Años 80 - Jacques Léonard. Vintage

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Figuras, ciudad y tambor, 1987

LUIS CLARAMUNT. Anys 8007.05 – 23.06.2016Inauguración: Sábado 7 de mayo de 2016 a las 11.00h. Salas 1 y 2GALERIA MARC DOMÈNECH
MOD & CON ART, S.L.
Ptge Mercader 12, bxs – 08008 Barcelona

“Luis Claramunt. Años 80” propone, a través de casi sesenta obras, un recorrido extenso y representativo por una década muy importante de la carrera artística del pintor. Se trata de una pintura marcadamente expresionista, en la que predomina una pincelada dinámica y vibrante. La energía que desprenden sus óleos y acuarelas gana poder descriptivo y dramatismo con la utilización de una paleta de colores intensa, a la vez que extraordinariamente corta, en la que abundan los azules y los ocres. El propio artista nos describe su proceso de creación con las siguientes palabras: “En cuanto a la ejecución y planteamiento de la obra en general, es la utilización de la mancha, sin esquema previo, hecha sin sentido, y luego extrayendo de ella una idea, una sensación, y acoplándola a un recuerdo; en suma, mezclando dos realidades, una más directa, el accidente fortuito, y otra no menos real, la que pueda dar la voluntad, la memoria inconsciente.”

Durante esta década, el artista pinta principalmente espacios urbanos. Calles, plazas, puertos, todos aquellos sitios en los que se desarrolla una actividad verdaderamente espontánea, espacios en los que encuentra situaciones y escenas reales, ligadas a una vida sin filtros, y que le aproximan a un mundo instintivo e inmediato, poco acorde con el trasfondo familiar de su infancia y juventud.
Luis Claramunt deja su ambiente familiar del ensanche barcelonés para ir a vivir en las zonas más humildes de la ciudad, alrededor de la Plaza Real y las ramblas, donde encuentra las experiencias necesarias que se convertirán en los temas de sus pinturas. Pero no solo Barcelona es el escenario en el que se enmarca su obra. Madrid, Sevilla y Marraquech, entre otros, son también ciudades extraordinariamente importantes para él y fuente inagotable de inspiración. De hecho, tal y como Kevin Power escribió en 1986: “A Claramunt poco le importan la historia de la ciudad o las glorias pasadas (…) Él se interesa por la naturaleza de los intercambios entre la gente y el lugar en el que viven, su esencial independencia, sus magulladuras, el generoso impulso de una abigarrada promiscuidad. Vive en la plaza del mercado donde lo barato, lo salvaje y lo sagrado se venden.”

En esta exposición se han seleccionado obras correspondientes a cada uno de estos escenarios, con un especial énfasis a la producción que Luis Claramunt realizó en Marrakech. Acompañado de Teresa Lanceta, artista y pareja en la época, permaneció allí largas estancias en las que su pintura evolucionó hacia un expresionismo sintético cada vez más evidente. Tal y como Juan Manuel Bonet describe las obras de este momento son “pinturas secas, esquemáticas, esenciales, de poca materia, basadas en un dibujo con un poco de jeroglífico, un dibujo muy propio de él (…)”.
La obra de Claramunt se ha visto poco en Barcelona desde su muerte en el año 2000 y, a pesar de la relevante muestra que el MACBA le dedicó en el año 2012, sigue siendo un artista muy poco conocido. Esta exposición pretende que el público de Barcelona le reencuentre y rompa el silencio que le rodea.

JACQUES LÉONARD. Vintage
07.05 – 23.06.2016Inauguración: Sábado 7 de mayo de 2016 a las 11.00h. Sala 3GALERIA MARC DOMÈNECH
MOD & CON ART, S.L.
Ptge Mercader 12, bxs – 08008 Barcelona Somorrostro. La primera escola, Barcelona, c.1960 © Arxiu Família Jacques Léonard

Esta exposición de 16 fotografías vintage de Jacques Léonard (París, 1909 – L’Escala, 1994) tiene el objetivo de dar a conocer una parte del magnífico trabajo de este desconocido fotógrafo que, a pesar de ser de nacionalidad francesa, ha sido últimamente considerado una importante figura en la crónica de la fotografía documental de Barcelona.
Jacques Léonard se instaló en la ciudad condal a principios de los años 50 después de pasar todo un periplo vital que lo llevó de Francia a Australia. También dejó el mundo del cine, en el cual había trabajado desde muy joven en los estudios Gaumont de París o colaborando con Abel Gance, para acabar dedicándose estrictamente a la fotografía.
El descubrimiento, durante su juventud, que algunos de sus antepasados eran de raza gitana lo marcó con creces y le animó a documentar la vida y costumbres de una gente a la que cada vez sentía más cercana.
A pesar de trabajar como fotógrafo free-lance para La Vanguardia y La Gaceta Ilustrada, recibir numerosos encargos públicos y privados de parte de algunas de las entidades y compañías más importantes del momento, y disfrutar de la amistad de compañeros fotógrafos como Català-Roca, Colita u Oriol Maspons, su verdadera pasión fue la de documentar de forma masiva y metódica lo que se ha denominado como la ‘Barcelona Gitana’ y sus costumbres.
Con su cámara hizo un estudio exhaustivo, pseudo-etnográfico, de las formas de vida auténticamente gitanas, sus territorios y su gente. Con cerca de unos 3.000 negativos, es uno de los fondos fotográficos más importantes de la ciudad en esta temática y sobre todo uno de los más descriptivos.
La importancia de su trabajo no sólo recae en la calidad de sus instantáneas sino también en la humilde honestidad de su mirada. Jordi Calafell nos describe el contexto y la relevancia del fotógrafo con las siguientes palabras: “Léonard practica una fotografía sin escenificación en la que los gitanos no despiertan ni compasión ni rechazo, ni tampoco son el objeto ni la herramienta de un discurso político de persuasión (...) Su práctica fotográfica personal nunca buscó el tópico folclórico español, ni inspirar ninguna compasión, como tampoco tenía la voluntad de significar un posicionamiento político. Los significados más claros de sus fotografíes son el documental y la dignificación de la cultura gitana, y posiblemente este fue uno de los motivos por los cuales su trabajo no tuvo nunca ninguna visibilidad. Barcelona ha dignificado un panteón con los fotógrafos que han narrado de una determinada manera la ciudad. Es necesario revisar este panteón y reconstruir otras narraciones que hasta ahora han sido invisibles”
Con esta exposición también se quiere rememorar una efeméride recordada por muchos gitanos de la época: el 50 aniversario del derribo de las barracas del Somorrostro durante el mes de junio de 1966 en motivo de una visita del general Franco en Barcelona. Pero, por encima de todo, esta muestra está organizada con la intención que el público de Barcelona reencuentre la persona, el fotógrafo y su trabajo y que con la muestra de estos 16 ejemplares vintage se pueda seguir trabajando para anular el silencio y la invisibilidad que hace tantos años que rodean al ‘Payo Chac’, como le llamaba su familia gitana.