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Miquel Barceló presenta "Peces, flores, toros" en la Galería Elvira González | Hasta el 29 de marzo

"La pintura está ligada a la infancia. Seguramente sea cierto que aprendemos lo importante antes de los diez años. Tengo la impresión de que, en pintura, a los diez años ya había hecho casi todo lo que luego he rehecho y sigo rehaciendo. En Mallorca aprendí el nombre de los árboles, los peces, los pájaros. Aprendí a silbar, tirar piedras, pescar, matar y destripar liebres y corderos, y cocinarlos. Suelo pintar lo que mato o lo que como".
Miquel Barceló.

Vista de la exposición "Flores, peces, toros" de Miquel Barceló. Foto: Cuauhtli Gutiérrez

La Galería Elvira González ha inaugurado la cuarta exposición de Miquel Barceló en la galeríaFlores, peces, toros reúne 9 pinturas, 24 cerámicas y 13 acuarelas  con temas marinos, temas taurinos, bodegones y flores. 

"Mi día a día se resume en pintar, nadar y leer", declara el artista. Interesado en la vida orgánica y el paso del tiempo, Barceló considera la cerámica una extensión de su pintura. Al mismo tiempo, como dibujante innato que es, en sus cuadernos de viaje y en las acuarelas sobre papel, transmite sus pensamientos y recoge lo que observa en la naturaleza.

Con motivo de la exposición se ha editado un catálogo con ilustraciones de todas las obras y de algunos cuadernos de viaje, así como una conversación con el maestro Luis Francisco Esplá que tuvo lugar en Nimes en 2002.

Del 29 de enero al 29 de marzo de 2025.

De lunes a viernes 10:30 a 19:30, sábados de 11:00 a 14:00h

Hermanos Álvarez Quintero, n.º 1. Madrid.

Vista de la exposición "Flores, peces, toros" de Miquel Barceló. Foto: Cuauhtli Gutiérrez

La primera sala de la exposición gira en torno a los toros. El arte del toreo es una constante en la pintura de Barceló que pintó sus primeras tauromaquias en los años 80; desde entonces es un tema que ha trabajado de manera obsesiva y en detalle. A vista de pájaro o como un espectador en el coso, las pinturas de toros de Barceló recogen pases y momentos que sólo el que conoce bien el mundo del toreo puede describir. O pintar. 

Siguiendo con la exposición, en la segunda sala pueden verse cerámicas con varios tipos de máscaras y peces; máscaras que parecen a veces el retrato del propio artista. El mar es otro tema ampliamente reflejado en su obra. "Mi día a día se resume en pintar, nadar y leer", ha declarado. Interesado en la vida orgánica y el paso del tiempo, Barceló considera la cerámica una extensión de su pintura. 

En la tercera y última sala pueden verse lienzos y obra sobre papel con bodegones, flores, y fondos marinos además de cerámicas de todo tipo, donde una vez más, el tema taurino, el tema marino, los animales, la fauna y la flora se entremezclan. El artista de hoy es como el pintor prehistórico de la cueva, que pinta por una necesidad imperiosa de transmitir. Barceló en el estudio no puede dejar de pintar lo que ve y atrapa con su arte, el día a día que le rodea y en el que está inmerso. 

Miquel Barceló (Felanitx, 1956) empezó a exponer a mediados de la década de 1970, obteniendo rápidamente amplio reconocimiento internacional. Comenzó sus estudios de Bellas Artes en Barcelona, pero los abandonó pronto para iniciar una carrera pictórica independiente. En 1974  realizó su primera exposición individual en la Galería Picarol de Mallorca y después de irrumpir en  la escena internacional en la Bienal de Sâo Paulo de 1981 y en la Documenta VII de Kassel en 1982, su carrera no ha hecho más que afianzarse hasta convertirle en el reconocido artista que es a día de hoy. 

Numerosas instituciones le han dedicado exposiciones a lo largo de los años, como el CAPC (Burdeos), el IVAM (Valencia), el Jeu de Paume, el Centre Pompidou, el Musée des Arts Décoratifs y el Museé du Louvre (París), La Galleria Nazionale d'Arte Moderna (Roma), el Museu d'Art Contemporani (Barcelona) y el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (Madrid), la Biblioteca Nacional de Francia, París, el Museo Nacional de Arte de Osaka, y receintemente el Museo Küppersmühle de Duisburg, Alemania. Así mismo ha hecho grandes intervenciones en espacios públicos como el recubrimiento cerámico en la Capilla de Sant Pere de la Catedral de Mallorca o la cúpula de la sala XX del Palacio de las Naciones Unidas, en Ginebra. Miquel Barceló ha recibido a lo largo de su trayectoria reconocimientos como el Premio Nacional de Artes  Plásticas en 1986 o el Premio Príncipe de Asturias a las Artes Plásticas en 2003.

Más información elviragonzalez.es