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"Narrar lo imposible" es el nombre que recibe la exposición que propone Espacio Alexandra para PHoto España 2020

La exposición de Manuel Diego Sánchez en Espacio Alexandra se podrá disfrutar hasta el 31 de octubre de 2020

Toda fotografía es, antes que espejo, especulación. El sentido de las imágenes es una cuestión de código: depende de unos criterios cuya existencia nos es más o menos consciente; sus relatos y narraciones nos presentan una realidad en la que las cosas no son como son, sino como se las hace ser, como se las produce.

Narrar lo imposible es un ejercicio inabarcable en el que archivo y registro se plantean no solo como método de actuación contra la amnesia de un acontecimiento ocurrido, sino más bien como un lugar en sí mismo donde el vínculo entre pasado y presente surge de la acción, la imagen, la huella y el documento.

Una narración que especula a partir de un acontecimiento real y que presenta procesos en torno a la documentación del propio paisaje, del terreno, del suelo y de su transformación a través de la imagen. Fotografías recuperadas en una pequeña casa de pueblo en Oregón (Estados Unidos) pertenecientes a una comunidad de migrantes vascos de principios del siglo XX, y otras realizadas en el propio lugar son intervenidas volviéndose imágenes imprecisas, que ponen de manifiesto un gesto intencionado para liberarlas de la pesadez del lenguaje a quien las observa, y otorgándole entonces el poder de significar, reformular y especular desde lo abstracto. Las cosas, decía Kafka, ya no están en su lugar y la lengua ya no las dice.

La práctica de Manuel Diego Sánchez tiene que ver con la memoria y sus imágenes, donde la fotografía es tratada como un dispositivo mnemónico, interviniéndola para generar nuevas imágenes, a menudo incompletas, mediante fragmentos con significados abiertos, imprecisos e indeterminados. Un juego entre la descontextualización del individuo y los límites de su relación con el espacio, física y culturalmente.

Trabajar con la imagen, el paisaje, su manipulación y su re-representación le permite cuestionar de manera plástica qué sucede con la identidad personal y territorial en relación a la migración desafiando los procesos de orden y clasificación, y estableciendo conexiones entre el proceso de experimentación formal, la representación del espacio y el gesto pictórico.

Proponer al ojo que ve, al ojo que busca algo reconocible en este espejo, la creación de su propia lectura de este mapa en un ejercicio de pura especulación.