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"Incoherencia cultural" titula el periódico ABC de Castilla y León el artículo sobre el Patio Herreriano

«Ana Redondo (...) ha tardado demasiado tiempo en ver las disfunciones y descoordinación de las fundaciones, lo que demuestra que carecía de proyecto cultural para la ciudad»

El Instituto de Arte Contemporáneo ha denunciado la situación del Patio Herreriano: un año sin director, ni proyecto; contenedor cultural, donde se suceden exposiciones, y urgente necesidad de definición. O se decantan por un Museo, con asignación presupuestaria, nada baladí, para enriquecer la Colección con fondos propios, o se transforma en un Centro de Estudios de Arte Contemporáneo, donde se investigue y se organicen exposiciones comisariadas y concordantes con la Colección.

[Una de las salas del Museo Patio Herreriano]
Una de las salas del Museo Patio Herreriano-ICAL

Interpelada Ana Redondo, ha salido por «peteneras»: el director se nombrará cuando haya proyecto, que se redactará con el cierre de la estructura de funcionamiento de la Fundación de Cultura, razonamiento no utilizado, cuando renombró los gerentes de Seminci y Calderón, quizá, porque los cuadros pueden esperar colgados. Ha tardado demasiado tiempo para ver las disfunciones y descoordinación de las fundaciones, lo que demuestra que carecía de proyecto cultural para la ciudad. La Fundación de Cultura, creada por Bolaños, al menos una vez León de la Riva intentó racionalizarla y coordinarla, sin éxito, porque muchas parcelas tenían dueño. Acabar con la atomización de fundaciones culturales y coordinar la mayor es prioritario, pero aclarando si dejará todas sintonizadas (?) o fusionándolas en la Municipal de Cultura. Para lo primero la demora es excesiva, para los segundo, ¿no debería integrarlas en la Concejalía? Supondría ahorro y es más socialista. ¿Por qué no abandona una estructura de derechas, fundaciones de titularidad privada con capital público? Porque sin capacidad para allegar fondos privados ni agilidad de gestión, pueden ser atajos para prebendas y gastos de compleja justificación, y no garantizan un servicio público de la cultura.

JOSÉ GABRIEL ANTUÑANO

 

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