Su muerte deja entre nosotros el vacío irreparable de la pérdida. Porque con Juan Bosco se nos van muchas cosas, pero, sobre todo, se marcha con él esa manera tan exquisita, tan culta y tan humana que tuvo de entender el mundo contemporáneo desde su inquebrantable compromiso político, ético, social y cultural.
Intelectual, filósofo y pensador, profesor de Estética y Teoría de las Artes de la Universidad de Sevilla, comisario de exposiciones, crítico de arte en El País y Diario de Sevilla, escritor, conferenciante, asesor de numerosas instituciones, entre ellas el CAAC, responsable académico, director durante trece ediciones del ciclo “Transformaciones” pero, sobre todo, maestro de la vida y del arte para todos los que tuvimos la suerte de compartir su generoso legado de enseñanza.
Juan falleció el 22 de julio en Sevilla a la edad de 76 años por complicaciones derivadas de la enfermedad que padeció en los últimos años pero que no había logrado separarle de todo aquello que dio sentido a su vida y también a la nuestra. En nuestro recuerdo quedara para siempre la calidad humana e intelectual con la que abordó todos los proyectos que realizó a lo largo de una trayectoria que no eludió el compromiso político en los tiempos de la lucha por la instauración democrática y que lo llevó a ser responsable político del Partido Comunista en Sevilla.
Su compromiso intelectual queda manifiesto claramente en los numerosos estudios, monografías, investigaciones, comisariados, artículos y referencias que forman ya parte de nuestro más querido acervo afectivo y patrimonial. Su ejemplo personal de ética insobornable perdurará para siempre en nuestro recuerdo.