La galería Antonia Puyó presenta de Flesh Flowers, la primera exposición del colectivo artístico portugués Ana+Betânia en nuestra galería.
"La vida es un sueño, el despertar es lo que nos mata", Virginia Woolf
Ana Cruz y Maria de Betânia (Lisboa, 1983), licenciadas en Bellas Artes por la Universidad de Lisboa, conforman el colectivo artístico Ana+Betânia, activo desde 2012. Compaginando su labor como arte terapeutas en instituciones mentales de Lisboa y la cerámica artística contemporánea, sus anteriores trabajos en Femina y Entre Folhos han desembocado en Flesh Flowers, un viaje iniciático, suerte de alquimia y surrealismo en barro, que explora la identidad y la sexualidad femeninas, la madurez sexual y emocional, las relaciones sentimentales y demás flores solitarias en el desierto de los afectos.
El cuerpo femenino de Ana+Betânia es un cactus que resiste en una tierra inhóspita, en terreno yermo, hostil, un fruto plagado de semillas que habla de fertilidad y nostalgia, una flor cuajada de deseos cual Virgen galactotrofusa, un cono de la abundancia, un campo de experimentaciones, una bomba atómica que extermina la conciencia de lo Real para abrir paso al Paraíso de las ensoñaciones.
NURSERY o “el invernadero de la supervivencia”
El cactus es una planta que lleva evolucionando unos cuarenta millones de años. Representa la supervivencia en el desierto, la eclosión de la vida en condiciones extremas, rodeada de terrenos áridos, entre rocas. Sus raíces se hunden en busca del agua. Una sola flor, un solo fruto. El sexo femenino. El sexo masculino. Aislados, silentes, supervivientes. Condenados a desear desde el aislamiento la exploración de lo otro, de lo diferente. Cuerpos esponjosos de fluidos, blindados de espinas. Como en el nido de una maternidad, pezones, lenguas, glandes, ojos, cerebros esperan impacientes, resistentes, que el letrero de “entrada” ilumine el futuro del despertar sexual. Como en una enfermería de veteranos de guerra, pezones, lenguas, glandes, ojos, cerebros esperan pacientes, supervivientes, que el letrero de “salida” ilumine la entrada a la morgue de los amantes desesperanzados. Respiran una frescura naïf, mientras destilan tintes macabros que alteran la conciencia, mezcalina que también ha probado Yositomo Nara.
STICKY MONSTERS o “los chicles de la dulce vigilia y del amargo despertar”
En una vitrina nos esperan los restos pegajosos de las noches en vigilia, aquellas en las que sueñas la compañía del organismo receptor de tus desvelos. Pasta que no endurece con el calor del fuego, sino con la saliva. Pasta que no inmortaliza formas vulvares, como hiciera Hannah Wilke, sino dentelladas. Porque, como dicen las Guerrilla Girls, enseñar los dientes es un arma de doble filo a nuestro favor: el humor es el elixir que ablanda las conciencias y, si la carcajada no es suficiente, siempre estás a tiempo de devolverle a la ingrata realidad un buen bocado.
TUTTI FRUTTI o “el inventario de los organismos vivos”
Complejo de Edipo que mezcla la tierra con el agua; el principio pasivo, matricial, se une al principio del cambio y la transformación. Como las Naturalezas vivas de Maruja Mallo, frutos, flores, sexos y miembros acuden a la llamada de la experimentación sexual. Como en una danza macabra de la sexualidad surrealista, entre flores, frutos y fósiles, Dora Maar, Leonora Carrington, Remedios Varo, Georgia O'Keeffe y Judy Chicago colaboran con Ana Cruz y María de Betânia en el montaje de esta lección de anatomía para amantes sin tregua. Flores que encarnaron las virtudes del alma para San Juan de la Cruz, abrazan vulvas que atesoran conocimientos escondidos. Brevedad de la vida, de la belleza y de los placeres. Rosa alquimista, regeneración mística de una tarde de parque y primaveras. Néctar lácteo, piña nutricia. Frutos del afecto inmortal, frutos de la traición. Una pelvis cuajada de amapolas, Jane Morris en los huesos; jugo lechoso de opio que fluye por su cuerpo, anestesiando dolores, anestesiando la conciencia.
ATOMIC BOMB o “cómo sepultar de flores las conciencias grises”
En el centro de la galería, un hongo nuclear amenaza. Como en una versión actualizada de la Female Bomb de Nancy Spero, ya no denuncia la violencia contra las mujeres en los conflictos armados, sino la revolución feminista del placer sexual, de la entrega a los instintos primigenios, la explosión de la regeneración de la vida y la libertad de la identidad femenina.
Ésta es la propuesta de Ana+Betânia en Flesh Flowers. Una instalación de naturalezas vivientes y resistentes de flores de carne, que renuevan la cerámica contemporánea desde una práctica artística que une el trabajo ancestral de la artesanía del barro con la innovación conceptual, en una personal apuesta surrealista-orgánica-erótica. Una nueva Ciudad de las Damas donde disfrutar del banquete de la vida.
Paula Gonzalo Les