Aurora Vigil-Escalera Galería de Arte: Remembering

El artista lleva siglos observando el paisaje, poniendo su mirada interior y sus pinceles, sus colores y hasta sus manos, en el horizonte. En el que tenían cerca y en el que imaginaban. El que vieron y en el que soñaron algún día. Esa necesidad de contar la naturaleza, la urbe, el mapa personal o los entresijos del alma, que también son paisaje, une a todos los invitados de la nueva cita en Aurora Vigil-Escalera Galería de Arte. Un espacio, que como antes en Van Dyck, ha tenido la oportunidad de trabajar con algunos de los más destacados creadores nacionales. La nueva exposición quiere rendirles homenaje y recordar su presencia en nuestras paredes y en nuestros sentidos durante todos estos años.

Con ‘Remembering’, que así se titula este encuentro plural en el que tiene cabida un importante número de manifestaciones artísticas y en que cada creador aporta su particular interpretación del territorio, nuestras paredes se nutren de grandes de ayer y de hoy. Pintores y escultores que pusieron y ponen el espacio y su reflejo como centro de todo, para descubrirnos su deseo de construir y mostrar esa mágica superficie en torno a nosotros.

‘Remembering’ quiere echar la mirada al pasado. Un pasado brillante y lleno de poesía, que fortalece sus vínculos con el hoy, pero no solo a través de la memoria, pues quienes ya no están siguen estando en nuestro ahora con su legado. Se citan en este encuentro de grandes artistas obras absolutamente vivas que hablan por sí solas sin más adjetivos que su belleza y contundencia expresiva. Obras que alimentan el fondo de la galería, el esqueleto de la sala lleno de tesoros, y de las colecciones privadas que han cedido algunas de ellas.

Y muchos de ellos, maestros todos, son asturianos que nos dijeron adiós hace años, como el recordado Joaquín Rubio Camín (Gijón, 1929 - 2007), que representó la búsqueda incansable de la perfección y la razón, a través de la abstracción, y que aporta a esta mirada colectiva una pintura y una escultura, ‘Caballo y tiovivo’ y ‘Paisaje’, un anguloso horizonte de hierro que resume toda la intensidad del veterano gijonés. Su amigo y compañero Antonio Suárez (Gijón, 1923 - 2013), otro de los grandes de este Norte y miembro del grupo ‘El Paso’, participa con dos lienzos de los años sesenta y noventa, muestras de cómo intentó y logró revigorizar el arte de su tiempo.

Contemporáneo de los dos y asturiano de pro, no podía faltar a esta aproximación al paisaje la pasión por la arquitectura de Joaquín Vaquero Turcios (Madrid, 1933 – San- 3 tander, 2010), representada por el óleo ‘La Vera Cruz’, en la que lleva al lienzo los muros que, al igual que su padre el gran Vaquero Palacios, soportaban su otra pasión. Tampoco asturiano de nacimiento, pero sí de corazón, Juan Barjola (Badajoz, 1919 – Madrid, 2004) es otro de los invitados a este tributo artístico, construido a pocos metros de su propio museo, plasma su singular mirada expresionista en una de las insignias del territorio español con ‘Retrato apócrifo de un torero’. Otro de esos sellos de identidad viene dado por las frutas del ‘Bodegón’ de Eduardo Úrculo (Santurce, 1938 - Madrid, 2003), considerado uno de los mejores exponentes del arte pop en España y otro asturiano que nació fuera y que está por derecho propio en la nómina de esta tierra, así como ahora en nuestras colecciones.

En la larga lista de los genios que ya no están en este siglo, pero que tienen trono inquebrantable en la historia del arte y como tal en la de esta galería, destaca uno de los protagonistas de la vanguardia de la segunda mitad del XX, Josep Guinovart (Barcelona, 1927 – 2007) con uno de los paisajes de su Cataluña rural en el que juegos de relaciones y de materia nos muestran a la luna brillando sobre las cosechas: ‘A la llum’.

No muy lejos de sus orgánicas formas, se encuentra el gran Francisco Farreras (Barcelona, 1927 - Madrid, 2021), a quien acabamos de despedir. Vinculado desde hace décadas a la galería, y tan rico en sus maneras que nunca pudo ser inscrito en una única escuela, está representado por una de sus evocativas obras abstractas en las que experimentaba con las posibilidades del papel de seda. Su genio inquieto le impidió alejarse mucho de su taller, pesé a su intención de retirarse en 2010, pero sí consiguió darse el merecido lujo de crear en esos últimos años para sí mismo, libre de reglas y expectaciones, seguiría creando hasta el final algunas de sus más destacadas piezas con la misma frescura y sensibilidad que le identificaron desde la primera generación de informalistas.

Su compañero informalista, y uno de nuestros artistas más internacionales, Lucio Muñoz (Madrid, 1929-1998) nos lleva a un pasado de exploradores y pasiajes marinos con sus tres grabados de la serie ‘Para uso de navegantes’. Exploramos también el espacio interior de un pintor con ‘La artista en su estudio’ de Hernando Viñes (París, 1904 -1993), otro de los pintores que se fueron, pero reaparecen en este peculiar escenario y español, pese a su cuna y su tumba y su asociación a la llamada Escuela de París.

Todas y cada una de estas creaciones intensifica el placer sobre el conjunto, que permite interactuar a artistas y obras de tan variadas épocas y encontrar ellos un nexo común. Del bodegón hiper realista de Eduardo Úrculo al surrealista de Antonio Suárez. De la abstracción informalista de Francisco Farreras o Giusep Guinovart a la expresionista y colorida de Santiago Picatoste (Palma de Mallorca, 1971), uno de los representantes de la vertiente más actual. Le acompañan las acuarelas de Juan Díaz, que en esta ocasión centran su mirada en la playa de San Lorenzo de Gijón; enfrentada a una orilla del Guadalquivir cubierta de bruma romanticista en el ‘Sevilla’ de Luis Manuel Fernández 4 (Sevilla, 1958). Les acompañan la pincelada impresionista de Alejandro Quincoces (Bilbao, 1951), uno de los creadores más representados en esta cita que centra su peculiar mirada en paisajes urbanos e industriales.

Les acompaña la característica figuración de López Herrera (Madrid, 1946), de delicada feminidad con planos y geometrías fantasiosas, pinceladas de ironía y referencias históricas. También ponen color los veteranos trazos del mexicano Miguel Condé (Pensilvania, 1939), con complejas composiciones que derrochan imaginación y una intención narrativa. Los sigue otro de nuestros artistas regionales más reconocidos en España, Kiker (Aller 1949) con esa figuración geométrica de tintes cubistas en la que no pueden faltar las referencias a los grandes, la metáfora y el misterio.

Otro asturiano que, pese a su juventud, ya ocupa lugar entre los más veteranos es Hugo Fontela (Grado, 1986), quien suma dos pinturas llenas de naturaleza, tanto un gran océano azul como una playa tan simplificada como evocativa. Otro asturiano nacido fuera es Pablo Armesto (Schaffhausen, Switzerland, 1970) cuyas esculturas de luz son un puro y bello experimento entre pintura y volumen, tecnología y geometría. Cerramos con las esculturas de líneas depuradas, pliegues y curvas de David Rodríguez Caballero (Palencia, 1970), uno de los nombres más destacados del panorama nacional e internacional contemporáneo, vinculado a la sala de la calle Capua desde sus comienzos, donde ha ido dando cuenta de por qué es uno de los creadores más aplaudidos, que ha logrado trasladar sus líneas depuradas a las principales colecciones del mundo.

Unos y otros hacen posible y sobresaliente ‘Remembering’. Una parada en el camino que nos hace recuperar una mirada necesaria al pasado de esta sala. Y es que a medida que nuestra línea de representación iba redirigiéndose a un arte más contemporáneo, fuimos distanciándonos de ciertas corrientes pero esta exposición demuestra que seguimos teniéndolas muy cerca del corazón y del ADN de la galería. Por eso celebramos todo lo que ha formado parte de ella, respaldando todas las obras tanto ahora como cuando llegaron a la galería. Una exposición que celebra esa identidad, los cimientos, que recuperamos y celebramos en esta cita todos juntos, del 1 de Octubre al 2 de Noviembre de 2021.