ENG

 

Buscar

 

contacto

Contactar con el IAC

"Dispositivi sensibili" es el nombre que recibe el nuevo proyecto de Ángel Moya García

El proyecto "Dispositivos sensibles" de Ángel Moya García responde a uno de los desafíos contenidos en las pautas programáticas de la Compañía Especial Palaexpo para el período de tres años 2020-22, que se refiere a la convergencia de métodos, estética y prácticas de artes visuales y artes escénicas.

El objetivo principal de este proyecto se concentra en implementar estas pautas en el Pabellón 9b del Matadero, cuyas actividades se coordinarán con las de Pelanda y con la Tabla de Programación de la Compañía, a través de una serie de dispositivos multidisciplinarios que siguen un modelo Presentación en constante evolución. El proyecto, comisariada por Angel Moya García, tiene como objetivo producir, desarrollar, transmitir y comunicar una visión general de las prácticas performativas contemporáneas. Después del despacho de aduana definitivo de este idioma en las principales exposiciones internacionales y su inclusión en la planificación de museos, fundaciones e instituciones de todo el mundo, la actuación se convierte en un elemento clave en la programación de la Compañía Especial Palaexpo reservada para los espacios del Matadero en Testaccio, completando así La oferta cultural de las artes visuales contemporáneas.

En esta programación, la creación de una serie de dispositivos multidisciplinarios por artistas cuya investigación se centra principalmente en el rendimiento se entrelaza con la educación de la mirada de los visitantes a través de una capacitación transversal y estratificada capaz de proporcionar las herramientas necesarias para decodificar y críticamente cada experiencia individual. En este sentido, la disponibilidad total de idiomas, la actitud ante la contaminación, la posibilidad de una restitución formal como la exposición y, sobre todo, la reversión del estado del espectador, le dan a la actuación una inmediatez y una capacidad incomparable para acercarse a una nueva audiencia y retener el existente. De esta manera, el Matadero se convierte en un espacio de producción y capacitación en el que cuestionar el papel y la responsabilidad que los artistas juegan y asumen en la realidad actual y cómo pueden afectar su continua reconfiguración.


Si aceptamos cómo emerge y se revela la sociedad contemporánea de formas cada vez más rápidas, complejas, fluidas y en constante transformación, podríamos llegar a definirla a través de sus desgloses incesantes, adoptando el concepto de "evento" de Alain Badiou. En su sentido de alteración local de una multiplicidad dada y no solo como una interrupción y recuperación radical, se utiliza en este caso para describir la sucesión continua de innumerables transformaciones sociales, educativas, políticas, ideológicas, tecnológicas y económicas que alteran continuamente las condiciones de lo cotidiano.

Una metamorfosis imparable en la que cada momento se convierte en un episodio efímero y en el que los grandes paradigmas se vuelven obsoletos frente a las micro narrativas fragmentadas, aisladas, marginales y rápidamente olvidadas que caracterizan lo contemporáneo. Una situación en la que la emergencia más relevante, especialmente para los artistas, se centra en reconocer o causar, registrar o aumentar, analizar o agotar las posibilidades reales de un "evento" dentro de una esfera de la vida cotidiana en la que la instantaneidad de convertirse excede la relevancia real de lo que sucedió. En esta contingencia, los artistas propuestos en el proyecto están llamados a determinar gradualmente una concatenación de pausas y laceraciones colectivas a través de metodologías relacionales, participativas, empáticas o de conducción. Artistas que se convierten en activadores de la comunidad a través de una dimensión inclusiva del territorio en el que trabajan, no como antropólogos del contingente, sino como catalizadores de estos dispositivos.Una serie de intentos de establecer un principio de asentamiento de la cultura en la sociedad que no solo logre originar una red expandida de relaciones, sino que sobre todo se convierta en una parte constitutiva de la conformación de la comunidad.

Cada uno de los dispositivos propuestos tendrá la capacidad de capturar, interceptar y contextualizar los problemas, necesidades y urgencias de las personas que ya no se verán inmersas en una percepción emocional estática, sino que participarán en un enfoque de fructificación operacional. Una serie de plataformas en capas que se articulan como contextos de acción formalmente definidos y al mismo tiempo como contenedores continuamente estresados. Un programa público semanal que se desarrolla no como una sucesión de actividades paralelas, sino como una parte orgánica e integral del proyecto en el que el dispositivo está pensado como un elemento inicial y preparatorio para las prácticas de rendimiento, charlas, lecciones, reuniones, debates, seminarios y laboratorios que transforman y remodelan la lectura de su investigación.

La primera cita, cuya inauguración está programada para julio, será realizada por Andrea Galvani (Verona, 1973. Vive y trabaja entre Nueva York y Ciudad de México). En un camino interdisciplinario coherente que incluye instalaciones de fotografía, escultura, dibujo, performance, video y audio, el artista documenta acciones colectivas, experimentos visionarios y fenómenos físicos cuya espectacular monumentalidad es paradójicamente inestable y efímera. La relación con la experiencia, el esfuerzo físico, el fracaso, los límites del medio y el lugar donde trabaja el artista aparecen como factores determinantes en el desarrollo de proyectos complejos que a menudo son el resultado de colaboraciones con instituciones, universidades y laboratorios de investigación.