MEMORIA ANUAL PAÍS VASCO / LA RIOJA

El representante del IAC, llevo a cabo una evaluación informal del mismo por petición de Bildu:

- Abordamos críticamente el contenido del reciente Plan Estratégico en el ámbito cultural, caracterizado por ser continuista, autocomplaciente y carente de una evaluación crítica de su predecesor. El documento, redactado por una entidad que sigue el patrón convencional de planes estratégicos culturales, adolece de un enfoque teórico que, aunque actualizado con elementos digitales y nuevas tecnologías, resulta insuficiente. para dar respuesta a las necesidades de los sectores del arte y de la cultura de la VA.

- Ponemos sobre la mesa el interrogante sobre la efectividad del Consejo Vasco de Cultura, cuestionando la frecuencia de sus reuniones y la implementación de sus propuestas. Estos consejos consultivos, aparentemente percibidos por los agentes culturales como "una pérdida de tiempo", carecen de la capacidad resolutiva necesaria.

- Creemos que la simplificación de los procesos para solicitar ayudas, proponiendo un acuerdo entre las instituciones de la Comunidad Autónoma Vasca para adoptar un modelo único sería una cuestión básica totalmente fundamental y necesaria para agilizar procesos de búsqueda de financiación de colectivos y empresas culturales. La exigencia de presentar y justificar un mismo proyecto de tres formas diferentes se percibe como un obstáculo innecesario que consume tiempo. Hay que abogar por una "ventanilla única"

- Queremos señalar las complicaciones en las exigencias de justificación de ayudas por parte de las diversas instituciones de la CAV, donde la presentación de facturas y la realización de pagos antes de recibir la segunda parte de las ayudas resulta problemática. Además, la solicitud de retenciones del IRPF y su pago antes de recibir las ayudas añade complejidad al proceso.

- En relación con las ayudas del Gobierno Vasco, como Bitartez, nos preocupa que aún no se hayan anunciado para este año en junio, contrastando con anuncios anteriores realizados en octubre y mayo por otras instituciones. Se plantea la pregunta sobre la dificultad de realizar estos anuncios en enero.

Podemos concluir enfatizando que las cuestiones vitales, las preocupaciones diarias y el trabajo con la cultura, no se reflejan adecuadamente en el actual plan estratégico. Se sugiere que quienes redactan estos documentos deben sumergirse en la realidad cultural, enfrentándose a las necesidades reales.