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Exposición "Goya vive, la lucha sigue". Carla Cañellas.

Exposición del 3 de febrero al 1 de abril  de 2022 "Goya vive, la lucha sigue" de la artista Carla Cañellas en la galería de arte A ciegas (Calle/ Dos Hermanas, 5 Madrid). Comisariada por Alejandra Rodríguez Cunchillos y Mario Malo Sanz.

Goya vive, la lucha sigue.”

虎穴に入らずんば虎子を得ず

 Koketsu ni irazunba koji wo ezu

No se consigue un cachorro de tigre sin entrar en su cueva

 

De igual manera que el ilustre pintor y grabador Francisco de Goya y Lucientes (Fuendetodos, 1746 – Burdeos, 1828), la artista Carla Cañellas (Valencia, 1982) nos invita a reflexionar sobre los riesgos que se han de tomar en la vida si queremos obtener grandes cosas, como dicta este proverbio japonés.

No obstante, la impresión inicial que se produce en el espectador al enfrentarse a la obra de la artista, es la de estar frente a toda una serie de personajes reconocidos de la animación y el manga nipón, concretamente Dragon Ball, una de las series más exitosas del País del Sol Naciente en el extranjero. Seguramente, en nuestro imaginario, ya se ha manifestado una melodía: ¡luz, fuego, destrucción, el mundo puede ser una ruina…! Sin embargo, a su vez emerge el recuerdo de la fuerza, la superación, lo divertido, los asumptos jocosos, incluso con un toque kawaii o adorable. Y es que, ¿no es Goku un buen ejemplo del soft power japonés? ¿Qué asumptos se someten a cuestión? ¿Cómo se les da forma para llegar al gran público?

Históricamente los artistas han buscado diferentes recursos para plantear temas de su contemporaneidad, pero si alguien fue el pionero en tratar aquellas situaciones que podían resultar incómodas y, sobre todo, aquellas que estaban sometidas a la censura fue Goya. A través de sus trabajos, ejerció de cronista, analizando la situación del país. Una España, donde diferentes grupos culturales con necesidades de ascensión social, entraban en pugna con las estructuras más reaccionarias, artífices del estancamiento nacional. La actitud de Goya comportaba así ciertos riesgos, ya que estaba vigilado por la Inquisición, institución denostada por los ilustrados –circuito en el que estaba integrado el artista maño–, encargada de la represión social. La sátira, el carácter somarda (socarrón) de Goya, fueron fundamentales para que, a modo de reportero (cronista) de la época denunciase las duras condiciones en las que algunos grupos socioeconómicos vivían en España. Salvando las distancias y, bajo una concepción distinta, Toriyama Akira (Nagoya, 1955), el creador de Dragon Ball, hizo uso igualmente de la ironía para hacernos llegar una historia procedente de una novela china Viaje al oeste (publicada en el siglo XVI durante la dinastía Ming), en la que un grupo de personajes se enfrenta a diferentes dificultades a lo largo del camino.

Carla Cañellas fusiona en sus trabajos ambos referentes, a través de la técnica conocida como suibokuga (水墨画) o sumi-e (墨絵), el arte japonés de la pintura a la tinta. Las imágenes de la animación japonesa de la década de los años 90 ocupan el plano principal. El trazo sublime a tinta china sobre papel washi (和紙) esconde diferentes capas de realidad en las que poco a poco vamos vislumbrando la influencia del pintor aragonés. Obras magnas de Goya como “Los Caprichos” o los “Cartones para las Estancias Reales”, son reinterpretadas por la artista en clave de crítica sociopolítica contemporánea, emulando la composición y las características formales de estos trabajos. El juicio pictórico realizado por el autor aragonés a la Inquisición, las formas en las que ejercían el poder las élites o la realeza, o las diferentes alusiones a diversas problemáticas sociales, encuentran solución de continuidad en la interpretación de la artista Carla Cañellas sobre situaciones actuales en las que interviene la Ley mordaza. Así pues, en la espiral del “eterno retorno” de la historia, se conectan las incongruencias e injusticias del pasado con su pervivencia en el presente, en la que los marcos jurídicos intentan reprimir la libertad de expresión individual.

Finalmente, cabe decir que Goya, acompañó sus imágenes de textos cortos, coincidiendo con esa misma espontaneidad que caracteriza al proverbio japonés. La protagonista de esta muestra, hace uso de frases breves; tanto de aquellas que surgen de la reflexión sobre el trasfondo de la situación actual (como puede observarse en la conformación del soporte de algunas de sus obras, mediante el uso de los periódicos encolados simulando cartones o anuncios actuales), como de aquellas directrices que daban a Goya para la confección de la obra o de las propias conclusiones que sacaba el maestro.

Casi doscientos años después de su muerte, Goya vive, la lucha sigue.


Comisarios de la exposición Alejandra Rodríguez Cunchillos y Mario Malo Sanz.