12 esculturas de Moisès Villèlia en Michel Soskine Inc.
Del 10 de Mayo al 14 de Julio.
Michel Soskine Inc. tiene el honor de presentar la segunda exposición de Moisès Villèlia en la galería con una selección de 12 esculturas móviles y estáticas de los años 80-90, algunas de la excepcional serie “Telas de araña”.
Es Marcel Duchamp, al ver las primeras esculturas en el aire de Calder en los años 30', quien inventó la palabra ' mobiles ', un juego de palabras entre mobil y movimiento.
Diez años antes de las primeras manifestaciones del Arte Povera, Moisès Villèlia, en el 1956, descubre y elige el bambú, material pobre, humilde, orgánico, flexible, hueco y todavía poco conocido en occidente. Alineado al concepto de ladesmaterialización de la escultura en el siglo. XX, Villèlia transforma el bambú en esculturas de aire, jugando con el equilibrio de sus formas, el movimiento de las piezas y el juego poético de las sombras proyectadas sobre las paredes de alrededor.
Con sus assemblages de pesos y contra-pesos, Villèlia juega con la gravedad y gracias a la flexibilidad del bambú, y como sugirió Juan Manuel Bonet (...) sus esculturas son los protagonistas de una poética del espacio, dibujando en el aire líneas y sombras, que participan de la idea gonzalesca de la escultura (...). Debido a este movimiento en perpetuo vuelo, se requiere del espectador un proceso de contemplación activo y lúdico. Además del uso de la caña, la originalidad de la obras expuestas, se caracteriza por llevar notas de color, sobre todo rojo y negro, hilos y alambres pintados o lacados. Al igual que en la escultura egipcia o como un Giacometti pintando sus esculturas de yeso, o un Picasso las de hierro, Villèlia introduce el color como una dimensión añadida que potencia las líneas.
Precursor de una cierta conciencia ecológica, la obra de Villèlia también se pueden acercar a la del artista italiano Giuseppe Penone el cual, en los años 60, época de fuerte conflicto político y social, decidió trabajar con materiales naturales, consecuencia directa del rechazo a la sociedad de consumo y búsqueda de una relación más cercana a la materia. La cuarta dimensión de los móviles y el movimiento como espacio-tiempo, abre un camino nuevo en la tradición escultórica abstracta del s.XX, algo que también se encuentra en la misma época en el arte cinético .
Villèlia era un hombre austero, independiente, amigos de artistas y poetas, profundamente unido a la naturaleza y prefería quedarse al margen del mundo comercial del arte. Escritor y poeta, su fuerte personalidad e inmensa energía le hizo reflexionar y analizar sobre la escultura y el fenómeno de la percepción en el arte.
Moisès Villèlia aprendió la talla en madera con su padre, artesano de renombre. Con trece año dejó la escuela para trabajar en una fábrica. A partir de esta época comenzó a interesarse por la poesía y a realizar sus primeras obras, tallas figurativas en madera. Con 26 años, realizó su primera exposición en el Museo de Mataró: Joan Brossa la visitó y se estableció una gran amistad entre ambos. Más adelante expuso en la Sala Gaspar y sus obras interesaron al escultor Ángel Ferrant. En 1959 realizó una exposición en Mataró a la cual Joan Prats llevó aMiró, Jacques Dupin y al galerista Pierre Matisse, que adquirieron esculturas. En 1969 se instala en Quito (Ecuador) donde residió hasta 1972. A su regreso, volvió a entrar en contacto con Brossa y Tàpies, y se instaló con su familia en una casa solitaria en Molló, un pueblo a algunos kilómetros de la frontera francesa.
En 1974 la Editorial Polígrafa le dedicó una monografía realizada por Maria Lluïsa Borràs. En el 1979 la mítica Martha Jackson Galería de Nueva York quien representaba a Tàpies, de Kooning, Christo y Jim Dine entre otros le organiza una exposición.